¿Qué pasará con la pareja de François Hollande cuando salga del hospital?

EFE

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Hollande y Valerie Trierweiler
Hollande y Valerie Trierweiler PHILIPPE WOJAZER

El apartamento donde el presidente francés se reunía en secreto con la actriz Julie Gayet está relacionado con la mafia corsa

14 ene 2014 . Actualizado a las 00:12 h.

El supuesto romance entre la actriz Julie Gayet y el presidente francés, François Hollande, ha abierto el debate sobre el futuro y el rol de su pareja oficial, Valérie Trierweiler, hospitalizada por depresión en París desde el viernes tras hacerse público el escándalo. La periodista seguirá ingresada por tiempo indeterminado por prescripción médica, para que pueda recuperarse del «impacto» sufrido a raíz de la difusión pública de la noticia.

La primera persona consciente de que la situación requiere una aclaración es la propia Trierweiler, según se desprende de una conversación mantenida con el reportero de Le Parisien Fréderic Gerschel, el único que parece haber conseguido hablar con ella desde su ingreso hace tres días. «Es consciente de que se plantea un problema político, de que no puede seguir teniendo un gabinete y utilizar fondos estatales», ha indicado el periodista en una entrevista en la emisora RTL, donde reveló que Trierweiler cree que se impone un esfuerzo de transparencia.

La figura de la primera dama en Francia no está regulada por ley, pero goza de ciertos privilegios, como un despacho en el Elíseo y personal a su servicio, que hacen de ella una figura pública, que suele acompañar al presidente en viajes al extranjero y lleva a cabo labores de cariz humanitario. «¿Es normal que siga en el Elíseo a cargo de los contribuyentes cuando el presidente mantiene otras relaciones?», se preguntó el diputado de la conservadora UMP Daniel Fasquelle, en unas declaraciones recogidas por el vespertino Le Monde.

Trierweiler «parece dispuesta a perdonar (...), pero quiere saber rápidamente cuáles son las intenciones de Hollande», señaló una persona de su entorno a Le Parisien, según el cual, aunque la periodista no ignoraba los rumores que circulaban desde hacía meses, prefirió creer que eran falsos.

El escándalo estalló el viernes, cuando la revista Closer publicó un reportaje que detallaba los encuentros entre Hollande y la actriz, y reflejaba el escaso dispositivo de seguridad desplegado para proteger la privacidad de esas citas y la seguridad del jefe del Estado. Hollande, según ha trascendido, le habría confesado el romance un día antes y la pareja se habría dado varios días de reflexión antes de aclarar su situación también a nivel público, después de que este asunto no haya podido restringirse a la esfera privada.

Los consejeros presidenciales están volcados en el intento de centrar la supuesta relación en el ámbito personal y parecen haber descartado la necesidad de dar explicaciones antes de la gran conferencia de prensa anual prevista para mañana en el Elíseo, en la que se desgrana la hoja de ruta para los próximos meses. La distinción entre la línea que separa al jefe del Estado del ciudadano con derecho a su intimidad, habitualmente respetada por la prensa gala, no ha impedido que los medios se regodeen con detalles de esos encuentros secretos, como la vinculación del apartamento escogido para las citas entre el presidente y la actriz con la mafia corsa.

Dicho piso, según se ha conocido, pertenecía a la actriz Emmanuelle Hauck, exesposa de Michel Ferracci, condenado en noviembre a 18 meses de prisión por «abuso de confianza» en la investigación abierta por el círculo de juego parisino Wagram, que durante décadas se utilizó para financiar el tren de vida de personajes históricos de la mafia de esa isla gala. La prensa francesa cuestiona igualmente la seguridad del presidente, que se dirigía al piso acompañado solamente por dos agentes, en un scooter, y aparentemente sin el conocimiento de la jefa de su dispositivo especial de protección (GSPR), Sophie Hatt.

La última vez que Trierweiler acudió a un acto oficial en compañía de Hollande fue el pasado 7 de enero y su siguiente convocatoria de envergadura está prevista para el 11 de febrero, fecha de un viaje a Estados Unidos para reunirse con el matrimonio Obama. No se sabe de momento si la periodista va a respetar ese compromiso, en un momento en que los ojos están puestos en su inminente salida del hospital y en la comparecencia de mañana de Hollande, en el que el Elíseo confía en que este «tsunami político-sentimental», según lo ha calificado la prensa, no ensombrezca el anuncio de medidas de contenido económico.

Mientras tanto, la revista Closer ha visto como prácticamente se han duplicado sus ventas en papel, incrementándose en un 713 % las visitas registradas en el quiosco digital «lekiosk.com», hasta alcanzar un tráfico de 1,4 millones de personas.