Cristina Fernández atribuye los saqueos a una «planificación»

Agustín Bottinelli BUENOS AIRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los disturbios se desvinculan de las huelgas policiales en varias provincias

12 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Por contagio son las paperas, la varicela o la rubeola. Pero algunas cosas que pasan en la Argentina no son por contagio. Son por planificación con precisión quirúrgica».

La presidenta Cristina Fernández se valió de la celebración del 30 aniversario de la recuperación de la democracia para valorar la ola de saqueos y disturbios que recorren el país. Lo hizo con un argumento que los Kirchner utilizan ante cada dificultad que deben atravesar, buscando un culpable externo al que responsabilizar. A juicio de la presidenta, no cabe la teoría de que los hechos de vandalismo hayan sido espontáneos y producidos por un efecto contagio. Más allá de los policías, los culpables serían las corporaciones mediáticas y la justicia.

Fernández no se dejó intimidar por las críticas de quienes le pedían que suspendiese los festejos por culpa de la ola de disturbios y se dejó ver bailando y golpeando tambores, como si el país estuviese de fiesta. El comportamiento produjo más irritación entre la oposición y los sectores afectados.

Según Colpisa, los saqueos, que ya se cobraron al menos 13 vidas y centenares de heridos, parecían ayer haberse emancipado de las rebeliones policiales que les dieron origen. Mientras los uniformados van obteniendo los fuertes aumentos salariales exigidos y retornan a las calles, los ataques vandálicos y robos a comercios, fábricas y residencias particulares mantienen el impulso en algunas jurisdicciones y hay temor de que continúen

El caso más grave ayer fue el de Tucumán, en el noroeste del país. Allí el gobernador José Alperovich concedió el aumento de sueldo para que los agentes amotinados vuelvan a patrullar las ciudades que se habían convertido en escenarios de guerra. Pero luego del acuerdo, los disturbios se mantuvieron y el saldo provisional ya es de cuatro muertos. Comerciantes y vecinos se defienden por su cuenta levantando barricadas y armados con palos y armas de fuego

Hubo que suspender el transporte público, las clases escolares, la actividad bancaria y del aeropuerto. Los supermercados también permanecían cerrados luego de que fueran saqueados unos 250 comercios en apenas 48 horas.