Los saqueos y la falta de víveres agravan la situación en Filipinas

EFE

INTERNACIONAL

Atlas TV

Más de nueve millones y medio de personas se han visto afectadas por el tifón Haiyan

11 nov 2013 . Actualizado a las 23:08 h.

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró hoy el estado de calamidad en todo el país a raíz de la devastación causada por el tifón Haiyan, que azotó el archipiélago filipino el pasado viernes. Mientras comienza a llegar la ayuda exterior para intentar paliar la grave situación, que se calcula puede haber causado unos 10.000 muertos solo en la ciudad de Tacloban, el presidente del país intenta evitar la especulación y el acaparamiento, así como imponer un control de precios a los bienes de primera necesidad.

Mientras la ayuda comienza a llegar a Filipinas en medio de la desesperación de los supervivientes, que buscan entre las ruinas comida, agua y medicinas un avión militar del Ejército estadounidense cargado con suministros de emergencia y víveres de primera necesidad partió hoy desde la base aérea de Manila con destino a la ciudad de Tacloban, en la isla de Leyte, en Filipinas, donde según los últimos cálculos oficiales pueden haber muerto 10.000 personas. Además, cerca de 9,5 millones de personas -cuatro millones de ellas son niños- de 36 provincias filipinas se han visto afectadas. Por su parte, los equipos de limpieza ya han comenzado a llegar a las zonas afectadas y retiran los escombros dejados por Haiyan intentando desbloquear el tránsito rodado, a fin de que pueda llegar la ayuda a las áreas más aisladas lo antes posible.

En el cargamento que transporta el avión militar, un C-130, además de botellas de agua potable, hay mantas y paquetes de comida, además de generadores de electricidad provisionales, un montacargas y dos vehículos, indico la emisora «DDZM».

El vuelo aterrizará esta tarde en Tacloban, a unos 580 kilómetros al sureste de Manila, acompañado por un contingente de personal militar del país norteamericano. «Los Estados Unidos ya están proporcionando ayuda humanitaria significativa», indicó en un comunicado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Falta de víveres y continuos saqueos

La falta de víveres de primera necesidad ha hecho que la situación en la población sea insostenible, a la par que miles de personas buscan y ruegan por un asiento en los helicópteros militares para abandonar la ciudad.

El portavoz filipino de Defensa Civil, Reynaldo Balido, declaró que el restablecimiento del orden en Tacloban y otras áreas es una de las «principales prioridades». «Ya hemos enviado un número sustancial (de fuerzas)... si es necesario se enviarán más aún», dijo Balido en una entrevista con el canal de televisión local «ABS-CBN».

Medios locales han reportado de los continuos saqueos por parte de pandillas de supervivientes que arramplan de manera organizada con todos los efectos de provecho que encuentran en supermercados, desde comida y agua potable a lavadoras y televisiones, o turbas desesperadas que atacaron un convoy de la Cruz Roja con un cargamento de ayuda. Ante esta situación, el gobierno provincial ha decidido arrojar sacos de arroz de 50 kilos en los laterales de las calzadas, donde imperaba la ley de la fuerza ante la falta de presencia de las fuerzas del orden.

Efectivos de la Policía Nacional de Filipinas y el Ejército han sido enviados a la zona para asegurar la paz y el orden en la región, según el canal «GMA».

Mientras las cifras extraoficiales y los reportes de campo hablan de decenas de miles de víctimas mortales en la isla de Leyte, donde se haya Tacloban, el Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres prosigue con el lento recuento oficial de fallecidos.

El último informe del organismo gubernamental de Filipinas cifra los muertos por el tifón en todo el país en más de 100.000, y asciende el número de afectados en casi 9,7 millones de personas y 615.000 desplazados, de los cuales 433.000 se encuentran alojados en los 1.444 centros de evacuación.

Efecto devastador

Antes de la llegada de este último tifón a Filipinas, el vigesimocuarto del año, los meteorólogos habían advertido que podría tener un efecto devastador, aún mayor que el tifón Bopha, que en 2012 causó cerca de un millar de muertos.

La deforestación, la proliferación de yacimientos mineros ilegales, la escasez de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de las lluvias y los frecuentes tifones que afectan Filipinas durante la época del monzón.

Tras arrasar el centro de Filipinas, Haiyan entró de madrugada en el norte de Vietnam, donde las autoridades evacuaron unas 600.000 personas, y se desplaza hacia el sur de China donde se espera que llegue esta tarde debilitado como tormenta tropical.

Un millón de euros de ayuda española

La ayuda de emergencia que el Gobierno español envió el lunes a Filipinas para hacer frente a los daños causados por el paso del tifón Haiyan supera el millón de euros, han indicado fuentes del Ministerio de Exteriores.

La administración española destinará 200.000 euros de aportación financiera directa, de los que 150.000 son para el fondo de respuesta de emergencia de Cruz Roja Internacional y 50.000 para la Oficina Técnica de Cooperación Española y la Embajada de España en Filipinas.

Además de esa aportación financiera, la Agencia Española de Cooperación Internacional enviará en las próximas horas dos aviones con 15 y 40 toneladas de ayuda humanitaria de urgencia respectivamente, por un valor conjunto de 631.000 euros, incluido el coste del flete.

El cargamento de los aparatos, en el que ha colaborado Cruz Roja y organizaciones no gubernamentales, permitirá suministrar diariamente agua potable a más de 70.000 personas y llevará material de cobertura, como tiendas y mantas, así como raciones de emergencia para atender las necesidades básicas.

En esos vuelos, la Fundación Reina Sofía envía además medicamentos por valor de 300.000 euros, tal y como ha confirmado esta mañana al embajador de Filipinas en España, Carlos Salinas, quien ha agradecido a Doña Sofía el apoyo al pueblo filipino.

Por último, la entidad La Caixa ha aprobado una donación extraordinaria de 100.000 euros para los damnificados por el tifón.