Letta se deshace al fin de Berlusconi

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Il Cavaliere apoyó al Gobierno al comprobar que iba a perder la votación de la confianza

03 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Nada será lo mismo en la política italiana tras la moción de confianza superada ayer por el Gobierno Letta gracias a la división que se ha provocado dentro del Pueblo de la Libertad. Nunca hasta ahora Silvio Berlusconi había tenido que volverse atrás en una decisión ya tomada, pero esta vez la rebelión dentro del partido, capitaneada por su hasta ahora delfín Angelino Alfano, lo ha asustado. La ruptura ya es un hecho y el fin de Berlusconi como líder del centroderecha italiano parece ser ya una realidad, que mañana podrá ser ratificada cuando la junta del Senado vote su expulsión.

Apoyar a Letta fue una decisión in extremis aunque Berlusconi asegurara más tarde que «no ha sido una marcha atrás». Sí reconoció que fue «muy trabajada» y, sobre todo, cogió a todos al traspiés, sobre todo a los halcones del partido, que ya estaban dispuestos a dar batalla. En menos de dos horas todo dio la vuelta y de las declaraciones anunciando la decisión de votar no a la confianza, se pasó a la imagen de un Berlusconi con aire de derrota y al borde de las lágrimas, que anunciaba su apoyo a la coalición. En ese tiempo, Il Cavaliere había visto como el PdL, el partido de su creación, se le escapaba de las manos. Por primera vez en su historia había un debate interno y varios senadores, dispuestos a contradecir al jefe y votar según su conciencia.

Desde primeras horas circulaba por el Senado un documento firmado por más de 20 senadores en el que se comprometían a apoyar al Ejecutivo. Eran los primeros pasos de una escisión que está tomando cuerpo, sobre todo tras la petición del diputado Fabrizio Cicchitto, hasta ahora uno de los más fieles a Berlusconi, de solicitar la creación de un grupo parlamentario en la Cámara de Diputados formado por unos veinte aunque se podría llegar a 26. Lo mismo podrá ocurrir en el Senado, donde el senador Roberto Formigoni habla de unos 25 disidentes. Aunque se ignora el nombre que tendrá el grupo, ya se les conoce como los alfanianos, en alusión a Angelino Alfano.

Los fieles a Il Cavaliere están recogiendo firmas a fin de compactar el partido y bautizar el grupo parlamentario como Forza Italia-Pueblo de la Libertad, recuperando así el nombre histórico con el que Berlusconi entró en política en 1994.

Letta: «Grande Berlusconi»

Tal vez los más sorprendidos del cambio de marcha de Berlusconi fueron los senadores de centroizquierda que asistieron atónitos a su inesperado apoyo al Gobierno. En el banco del Ejecutivo, Letta no pudo evitar una sonrisa e irónicamente comentó a Alfano: «¡Grande Berlusconi!».

El jefe del Gobierno italiano respira aliviado tras la moción y, lo que parecía una derrota, se ha convertido en una victoria que ni los más optimistas hubieran esperado. Su Ejecutivo y su figura salen de esta crisis fortalecidos mientras se asegura la paz parlamentaria durante meses.

Matteo Renzi, su opositor dentro del Partido Democrático, tendrá que moderar sus críticas si quiere llegar a la secretaría del partido en el congreso de diciembre, y sobre todo si aspira a ser el candidato en las próximas elecciones. Para lograrlo, el alcalde de Florencia tendrá que pasar por encima el cadáver político de Letta y ahora esto parece lejano.