Rusia propone a Siria un plan de desarme para evitar el ataque

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Moscú se aprovecha de un oferta de Kerry, calificada de retórica y de farol

10 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Todo empezó con una frase «retórica», según algunos, o un «farol», según otros, de John Kerry. Ante la pregunta de un periodista ayer en Londres sobre si había alguna forma de evitar el ataque a Siria, el secretario de Estado de EE.UU. respondió: «Por supuesto, podría entregar sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima». Aunque añadió que el presidente Bachar al Asad «no lo va a hacer, no puede hacerlo».

Horas después la portavoz de su departamento, Jen Psaki, matizaba a su jefe: «Utilizó un argumento retórico sobre la escasa probabilidad de que Al Asad entregue unas armas químicas que él niega haber utilizado». Y añadía: «Lo que quería decir el secretario de Estado es que este dictador cuenta con un historial brutal y si quisiera entregar su armamento químico lo habría hecho hace mucho tiempo». Pero la matización de Psaki llegaba tarde porque lo que se consideró en un primer momento como un ultimátum de EE.UU. a Siria había comenzado a rodar.

El que lo puso en marcha fue Rusia de la mano de su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. «Llamamos a los dirigentes sirios no solo a poner su arsenal químico bajo control internacional y a destruirlo, sino también a integrarse en la Organización para la No Proliferación de Armas Químicas», proclamó. Su homólogo sirio, de visita oficial en Moscú, acogió la petición de Rusia con interés, al menos en apariencia. «Damos la bienvenida a la iniciativa rusa que intenta prevenir la agresión norteamericana contra nuestro pueblo», dijo el ministro Walid Muallen.

Apoyo de la ONU

Otros dirigentes apoyaron la petición de Kerry: el ministro de Exteriores germano, Guido Westerwelle, y el primer ministro británico, David Cameron, que aseguró que si se produjera esa entrega «sería un gran paso adelante». Otro en sumarse fue el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que pidió la creación de zonas de almacenamiento de esas armas en Siria y supervisadas por las Naciones Unidas para que puedan ser destruidas en el futuro.

Pero esa aparente esperanza que se abrió ayer para detener el ataque a Siria por la vía diplomática tiene pocos visos de prosperar. A pesar de todas esas declaraciones, la decisión sobre la intervención militar en Siria está en estos momentos en manos del Congreso de EE.UU., reunido desde ayer tras el parón vacacional. Hoy se iniciará el debate en el Senado y mañana mismo tendrá lugar la primera votación. Aún no se conoce cuándo tendrá lugar tanto la discusión como la votación en la Cámara de Representantes.

Obama y Al Asad, en TV

Barack Obama y Bachar al Asad coincidieron anoche en el prime time de la televisión estadounidense, con entrevistas en las que cada uno defendió su postura. En la concedida a la CBS, y emitida en su totalidad por la la PBS, el presidente sirio dijo: «Prepárense para todo, el Gobierno sirio no es el único actor de la región». Y desde Moscú, el ministro Muallen aseguraba que un ataque de EE.UU. a su país solo favorecerá a los mismos que «volaron» las Torres Gemelas el 11-S.

Ya son 25 los países que suscribieron la declaración de apoyo a Obama en el conflicto sirio en el marco del G20, entre la que se encuentra España. El portavoz popular en la Comisión de Asuntos Exteriores del PP, José María Beneyto, ha dejado claro que respaldará las decisiones que adopten los aliados y eso incluye permitir la utilización de las bases españolas si las piden, recoge Europa Press.