Rebeldes sirios formados por EE. UU. e Israel ya combaten contra Al Asad

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El Reino Unido está convencido de que el ataque con armas químicas fue obra del régimen

24 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Bajo el título La operación anti Asad ha comenzado, el diario francés Le Figaro publicó ayer que dos comandos de 300 rebeldes sirios cada uno, formados clandestinamente en Jordania por militares estadounidenses e israelíes, combaten desde hace días contra el régimen. Apoyados por especialistas jordanos, israelíes y de la CIA, entraron en Siria por la región sureña de Deraa los días 17 y 19.

«Los estadounidenses, que no quieren introducir soldados en suelo sirio ni armar a los rebeldes, en parte controlados por los islamistas radicales, forman discretamente desde hace meses, en un campo de entrenamiento en la frontera jordanosiria, a combatientes del Ejército Sirio Libre», indica Le Figaro.

El diario detalla que esos comandos derrotaron batallones en el sur del país y han avanzado hacia la capital. Dice que ese sería el motivo que llevó a Al Asad a usar armas químicas el miércoles. En julio, el portavoz de Al Asad declaró que el Ejército no las utilizaría «salvo en caso de agresión exterior».

Cazas de EE. UU. en Jordania

La hipótesis es que EE. UU. intenta que los rebeldes controlen Deraa de cara a crear una zona de exclusión aérea, lo que permitiría entrenar a más. Y sería la causa por la que desplegó en junio cazas F-16 y baterías antimisiles Patriot en Jordania.

Desde agosto del 2012, cuando Barack Obama señaló que el uso de armas químicas era una «línea roja» en el conflicto, Damasco ha lanzado «trece ataques químicos sin provocar una reacción norteamericana». Ayer, Obama calificó de «muy preocupante» la posibilidad de ese bombardeo y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió que sería considerado «un crimen contra la Humanidad».

Reunión en la Casa Blanca

Altos funcionarios del Pentágono, del Departamento de Estado y de Inteligencia se reunieron el jueves en la Casa Blanca para deliberar sobre las posibles respuestas, desde ataques con misiles a una campaña aérea, pero la cita terminó sin acuerdo. Unos se inclinaron hacia el envío de un mensaje duro y otros por que sería imprudente una acción militar, según recoge The New York Times. Esas respuestas plantean problemas: empeorar la situación de la población, el coste y la falta de unidad en el Consejo de Seguridad. Es decir, la intervención tendría que ser al margen de la ONU. Sin embargo, dice The New York Times, el mayor riesgo puede ser la credibilidad de Obama después de fijar la línea roja a Al Asad.

El Reino Unido se sumó ayer al apoyo de Francia al uso de la fuerza. «Creemos que se trata de un ataque a gran escala con armamento químico del régimen de Bachar al Asad», sentenció el canciller, William Hague.

Pekín aseguró que apoya una investigación de la ONU. La UE ha pedido al Gobierno sirio que coopere con la misión de expertos. Mientras, Rusia y EE.UU. reclamaron de forma conjunta una «investigación imparcial» tras una conversación del ministro Serguéi Lavrov con John Kerry.

Rusia instó además a la oposición siria a permitir el acceso seguro de los expertos de la ONU a la zona donde supuestamente ocurrió el ataque.