El Gobierno de Egipto reconoce 525 muertos tras el baño de sangre de ayer

La Voz / Agencias

INTERNACIONAL

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ALI SABAA

Ha declarado el estado de emergencia y ordenado el toque de queda en 12 provincias. Los Hermanos Musulmanes aseguran que hay más de 4.500 víctimas mortales

15 ago 2013 . Actualizado a las 20:09 h.

La de ayer fue, sin duda, una jornada para olvidar en Egipto. Tras la escalada de la violencia y la extensión de los disturbios a todo el país, el Gobierno decretó ayer por la tarde el estado de emergencia durante un mes. Hay al menos cientos de muertos -según fuentes oficiales 525; según los Hermanos Musulmanes 4.500-, la mayoría civiles, mientras que los mismos datos oficiales cifran ya en 3.717 el número de heridos.

La decisión fue adoptada debido al «peligro» que se cierne sobre «la seguridad y el orden en los territorios del país» y el presidente interino egipcio, Adli Mansur, ha encargado a las fuerzas armadas, con la ayuda de la policía, adoptar las «medidas necesarias» ante esta situación, lo que haga falta para evitar que el caos se siga extendiendo.

Nuevas movilizaciones

Los Hermanos Musulmanes han anunciado la intención de celebrar una manifestación en El Cairo, un día después de la muerte de más de centenares de personas en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad durante el desalojo de los dos campamentos de protesta en El Cairo.

En un comunicado, el movimiento islamista ha informado de que ha convocado movilizaciones para esta tarde en la mezquita de Al Iman para «protestar por las muertes» registradas en la capital egipcia y en todo el país.

Toque de queda

Las autoridades egipcias, que han denunciado «actos intencionados de destrucción y ataques contra instalaciones públicas y privadas y la muerte de ciudadanos a manos de grupos radicales», han ordenado además el toque de queda -de 19.00 a 06.00 horas- por tiempo indefinido en varias provincias de Egipto, entre ellas Alejandría, El Cairo, Giza, Miniya, Suez y las dos del Sinaí (este). Por su parte, las Fuerzas Armadas han pedido a los ciudadanos que cumplan las medidas estipuladas y se abstengan de «caminar por las calles, desplazarse en vehículos o por cualquier medio en las zonas y el tiempo del toque de queda».

Acampadas pro Mursi

Los disturbios se extendieron por distintas partes del país después de que la policía iniciara ayer por la mañana una operación para desmantelar las acampadas de los islamistas en El Cairo, causando centenares de muertos y heridos, lo que ha degenerado en una escalada de la violencia en todo el país. Tras semanas de amenazas, la policía irrumpió en las plazas cairotas de Rabea al Adauiya y Al Nahda, los bastiones de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi.

Hay grandes diferencias a la hora de ofrecer cifras de víctimas. El Gobierno reconoce 525 muertos civiles y más de 3.700 heridos; el recuento de los Hermanos Musulmanes -el partido del depuesto presidente Mursi- es mucho mayor, asciende a 4.500 muertos. El mayor número de víctimas se ha registrado en la provincia de Miniya, en el sur, y en la plaza cairota de Rabea al Adauiya, donde los seguidores del depuesto presidente estaban acampados.

Al conocerse lo ocurrido en El Cairo, los Hermanos Musulmanes llamaron a sus partidarios a manifestarse. Miles de islamistas tomaron las calles en distintas ciudades del país, lo que derivó en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y en ataques contra comisarías, edificios gubernamentales e iglesias. Según medios estatales egipcios, los islamistas entraron y prendieron fuego a las comisarías del distrito cairota de Imbaba y de la localidad de Al Fayum, al sur de la capital. Hay 534 detenidos, según fuentes oficiales.

Los manifestantes también liberaron a los presos que se encontraban en la comisaría de Imbaba y, además, destruyeron el edificio de la gobernación provincial en Beheira (norte), entre otros ataques. En la capital, también se registraron choques entre la policía y los manifestantes en el distrito de Ciudad Naser y en el barrio de Mohandesin, donde, según los Hermanos Musulmanes, han muerto decenas de personas.

Ola de violencia

Ante esta escalada de la tensión, el Gobierno egipcio amenazó con hacer frente con «toda la dureza y firmeza» a los ataques contra propiedades públicas y comisarías. El portavoz del Consejo de Ministros Sherif Shauqi aseguró que perseguirán a «los alborotadores» y pidió a la Hermandad que dejen de instigar a sus seguidores a perjudicar la seguridad nacional. «El ejecutivo atribuirá a los dirigentes de los Hermanos Musulmanes la responsabilidad total del cualquier sangre que se derrame y de todo el caos y la violencia actual», advirtió el portavoz. De hecho, las fuerzas de seguridad egipcias detuvieron a ocho dirigentes de los Hermanos Musulmanes cerca de la plaza de Rabea al Adauiya, donde los islamistas mantenían una acampada que fue desmantelada por la policía. Fuentes de seguridad informaron a Efe de que entre los arrestados figuran el vicepresidente del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la cofradía, Esam al Arian, y el clérigo Safuat el Hegazy.

En previsión a posibles ataques, las autoridades decidieron cerrar los sitios turísticos en El Cairo y Alejandría, como las Pirámides de Giza y el Museo Egipcio. Y si que hubo ataques, por ejemplo, en la Biblioteca de Alejandría. Por eso, el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación «desaconseja» viajar a Egipto por la situación de tensión que atraviesa el país.