Brasil se llena de protestas por el aumento del precio del transporte

AFP SÃO PAULO

INTERNACIONAL

Investigan la «violencia policial», como lo calificó el alcalde de São Paulo

15 jun 2013 . Actualizado a las 00:36 h.

La chispa que encendió el malestar en Brasil fue el alza del precio del transporte, que lanzó a la calle a miles de manifestantes en reclamo de cambios más profundos en un país que, pese a su crecimiento, tiene enormes deudas pendientes.

Pero no se trata sólo del alza de los tickets.

«Vemos una cierta conciencia de que es necesario hacer reformas en las instituciones, en la policía y también en servicios como salud, transporte o vivienda», declaró a la antropóloga Alba Zaluar, académica especialista en violencia de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro (UERJ), que estimó que «todas esas son cuestiones mucho más cruciales que ese aumento del precio de los billetes», estimó.

Principalmente jóvenes, los manifestantes salieron a las calles de Sao Paulo, pero también de Rio de Janeiro, Porto Alegre y otras ciudades para protestar por un aumento en el billete del transporte público, en jornadas que derivaron en enfrentamientos con la policía con centenares de detenidos y heridos.

Las manifestaciones han sorprendido en un país donde las grandes protestas callejeras no ocurren muy a menudo.

Este viernes, 400 manifestantes bloquearon por unas horas el acceso al estadio de Brasilia donde este sábado se inaugurará la Copa Confederaciones, en reclamo de vivienda y contra el millonario gasto público del Mundial-2014.

El billete de autobús, metro y tren en Sao Paulo fue aumentado de 1,5 a 1,6 dólares, un precio elevado en un país donde el salario mínimo mensual es de 339 dólares y donde los habitantes de la periferia deben usar a veces varios medios de transporte. En otras ciudades el aumento es parecido.

Rousseff, favorita para la reelección en 2014, aseguró el viernes que el país es «sólido» y «tiene una de las menores tasas de desempleo del mundo», con casi pleno empleo (5,5% de la población).

«Jamás dejaremos que la inflación vuelva a este país. Hoy está bajo control, ayer también y continuará bajo control. No escuchen a esos que dicen "cuanto peor, mejor"», dijo la presidenta.

Ya se han realizado cuatro jornadas de protestas en la capital paulista, una ciudad de 20 millones de personas, de tráfico caótico e insuficiente transporte público.

Protestas y fútbol

«No es por centavos, es por derechos», dicen los organizadores de las protestas en una imagen difundida en las redes sociales, donde también circulan críticas a la Copa del Mundo, la corrupción y los políticos.

Las manifestaciones ocurren en un momento en que Brasil enfrenta un débil crecimiento económico y una inflación en alza (6,5% anual, el umbral máximo de la meta oficial) que han afectado la popularidad del gobierno de Rousseff.

La población critica el aumento constante de los precios en un país que organiza grandes eventos deportivos. A partir de este sábado, seis ciudades brasileñas acogerán la Copa Confederaciones, un ensayo para el Mundial-2014.

Pero Brasil, la séptima economía del mundo que busca jugar en las grandes ligas, es todavía una nación con enormes diferencias sociales y una infraestructura deficiente.

«Lo que ocurre ahora no es sólo un aumento contra el alza de los bileltes, sino contra el sistema de transportes en general. La población paga por un servicio de pésima calidad», comentó a la AFP el cientista político y profesor de la Universidad Católica de Sao Paulo (PUC-SP), Pedro Arruda.

El académico recuerda también que varias agrupaciones ciudadanas han criticado el dinero invertido en las millonarias obras de cara a los torneos deportivos, como grandes estadios.

«Mucha gente considera que esas obras no son necesarias. Hay reclamos y ahora podría darse la posibilidad de que esos movimientos estén más articulados», planteó.

Arruda señala que solo recuerda masivas protestas callejeras en Brasil en la época de la caída del ex presidente Fernando Collor de Mello, hace dos décadas.

«Hay que batallar por la reforma de la justicia, de la policía, por la reforma del transporte publico, la salud, la educación. Es un momento de lento crecimiento y de alza de la inflación, y eso es importante. Quizás los jóvenes no están tan optimistas respecto al futuro», comentó Zaluar.

«Pero se necesitan propuestas, no solo salir a quemar buses o romper ventanas», añadió.