Bruselas apretará este miércoles de nuevo a España para que pise a fondo con las reformas

Iñaki Castro / Colpisa BRUSELAS

INTERNACIONAL

Descarta expedientar de nuevo al Gobierno, pero redoblará la presión para que flexibilice el mercado laboral y garantice la viabilidad de las pensiones

29 may 2013 . Actualizado a las 01:57 h.

La Comisión Europea se prepara para elevar sustancialmente la presión sobre España. El Ejecutivo comunitario presentará este miércoles su veredicto sobre el plan de reformas anunciado por el Gobierno de Rajoy a finales de abril. Todo apunta a que el comisario de Economía, Olli Rehn, eludirá abrir un expediente por desequilibrios excesivos, pero recurrirá a otras herramientas para que se aceleren las medidas estructurales. Aprovechando el listado de deberes que impone anualmente, reclamará cambios de calado en el sistema de pensiones y apostará por una revisión en profundidad de la reforma laboral. Aunque habrá que aguardar a la letra pequeña, también se da por hecho que pedirá importantes retoques en los impuestos.

Rehn acompañará al presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, durante una comparencencia que reflejará el poder acumulado por Bruselas durante la crisis. Por tercer año consecutivo, los responsables comunitarios marcarán el camino a seguir por los socios con un detallado paquete de recomendaciones. En el caso de España, estos deberes adquieren una relevancia aún mayor porque están vinculados con el procedimiento por desequilibrios excesivos, un reglamento similar al que supervisa el déficit. Como sucede con Eslovenia, el Ejecutivo comunitario determinó hace varias semanas que la economía española sufría fuertes desajustes tanto por el alto nivel de desempleo como por el endeudamiento público y privado.

Tras alertar de los graves desequilibrios de España, el comisario de Economía pidió una rápida reacción al Gobierno amparándose en una normativa que contempla en última instancia sanciones millonarias. El Ejecutivo respondió a las exigencias comunitarias con el plan nacional de reformas aprobado a finales del mes pasado. Este documento incluye medidas maduradas desde hace tiempo como la ley de emprendedores, la eliminación de duplicidades en las administraciones públicas o la normativa que armoniza el mercado interior español. Rehn ofrecerá este miércoles su diagnóstico final, aunque en comparecencias anteriores ya se ha inclinado por descartar el expediente ante el compromiso reformista de Rajoy.

Pese a que el aprobado parece garantizado, el responsable finlandés no dará ningún respiro al Gobierno. En lugar de apostar por el expediente, que supondría ampliar de forma notable la tutela sobre la economía española, empleará la fórmula de las recomendaciones anuales. Sobre el papel, estas directrices ofrecen mayor flexibilidad, pero Rehn puede incluir un calendario muy concreto que limitaría cualquier margen de maniobra. En cuanto al contenido de las exigencias, se espera que respondan a las indicaciones realizadas desde hace meses por Bruselas y que ya se anticiparon en el listado de deberes de 2012. La Comisión insistirá en la necesidad de combatir el paro, especialmente entre los jóvenes, con un análisis pormenorizado de la reforma laboral.

Cambios en el IVA

Aunque se ha amagado con medidas como la puesta en marcha del contrato único, Bruselas quiere que el Gobierno se mantenga vigilante con el mercado de trabajo e introduzca más cambios si no se cumplen los objetivos marcados.

El gran reto es que se ajusten los salarios en lugar de recurrir al despido como herramienta central para hacer frente a la recesión. En consonancia con su preocupación por el futuro de las finanzas públicas, la Comisión volverá a reclamar una mayor sostenibilidad en las pensiones, cuestión sobre la que se pronunciarán en los próximos días los expertos que asesoran al Gobierno. Previsiblemente, el tercer eje comunitario apuntará a la necesidad de revisar el sistema impositivo con la vista puesta en la posibilidad de sacar más productos del listado de IVA reducido (10%).

La comparecencia de Rehn también servirá para formalizar oficialmente los nuevos objetivos de déficit. Bruselas ya ha confirmado que España gozará de dos años adicionales, pero resta por saber si validará al completo la nueva senda propuesta por el Gobierno. Según este planteamiento, la meta del presente ejercicio pasaría al 6,3% y se situaría en el 5,5% en 2014. Los esfuerzos seguirían hasta 2016 para alcanzar el umbral sagrado del 3%. Francia gozará de una flexibilidad similar, aunque el comisario finlandés quiere que Hollande aproveche el tiempo para acometer reformas realmente ambiciosas. En línea con lo exigido al Gobierno español, París deberá apretar los dientes con las pensiones y la reforma laboral para recuperar competitividad.