La bombas del maratón de Boston eran artefactos artesanales colocados en cubos de basura

Agencias

INTERNACIONAL

Bolsas con los objetos personales de los corredores
Bolsas con los objetos personales de los corredores J.LANE

La explosión durante el maratón dejó al menos tres muertos y más de 140 heridos, diez de ellos mutilados

16 abr 2013 . Actualizado a las 19:42 h.

Las bombas que estallaron ayer durante el maratón de Boston, provocando al menos tres muertos y más de 140 heridos, eran artefactos explosivos artesanales de pequeño tamaño y escasa potencia, según han informado fuentes del FBI a la CNN. La cadena CBS ha indicado, además, que las hipótesis iniciales apuntan a que las bombas estaban colocadas en cubos de basura y que los agentes han registrado un apartamento de un suburbio de Bostón del que se han llevado varias bolsas.

La Policía Federal continúa buscando indicios en la zona afectada, que se mantiene acordonada, para dar con los autores de los ataques en la meta de la carrera, donde se produjeron las dos explosiones sobre las 14:50 hora local. En el momento de la explosión, la mayoría de los corredores ya había cruzado la línea de meta, pero aún quedaban miles de participantes por llegar y las gradas estaban todavía llenas de público. De los heridos, al menos 17 se encuentran en estado crítico y 25 de ellos, graves, según ha informado la CNN. Uno de los muertos es un niño de ocho años. Entre los heridos hay otros diez menores. Diez personas han sufrido además amputaciones.

Presencia policial masiva

La presencia policial es masiva en Boston y, a lo largo del día, se llevarán a cabo diversos controles de seguridad en diferentes puntos, entre otros en el transporte público, ha señalado la oficina del alcalde de la ciudad, Thomas M. Menino. «Quien vaya a trabajar notará una mayor presencia policial -ha señalado en un comunicado-. No se deben alarmar por la presencia de la Guardia Nacional u otros agentes armados».

El presidente Barack Obama ha evitado por el momento hablar de un atentado terrorista, y prometió en una comparecencia pública encontrar a los responsables de las explosiones durante el maratón de Boston. «Todavía no tenemos todas las respuestas (...), todavía no sabemos quién lo hizo y por qué y no debemos adelantar conclusiones antes de contar con todos los datos», dijo Obama en una alocución desde la Casa Blanca. «Pero que nadie se equivoque: vamos a llegar hasta el fondo de esto y averiguaremos quién lo hizo y por qué. Y cualquier individuo o grupo responsable sentirá todo el peso de la justicia», prometió. Sin embargo, un funcionario de la Casa Blanca afirmó después que fue «claramente un acto de terrorismo» y el FBI, que al principio abrió una investigación criminal, la considera ahora una «potencial investigación terrorista», según Richard DesLauriers, jefe de la agencia en Boston.

La seguridad se ha aumentado en otras ciudades estadounidenses, como Nueva York y Washington. Las autoridades de aviación han ordenado temporalmente el cierre del espacio aéreo sobre Boston. Una fuente de la policía dijo que se investiga a unos corredores y espectadores que arrojaron bolsos que podrían haber contenido los explosivos.

Las autoridades de Estados Unidos están movilizando imponentes recursos. Aunque el FBI ha asumido la dirección de las pesquisas, también participan otras agencias federales como la Oficina para el Alcohol, el Tabaco, las Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y el Departamento de Seguridad Nacional, así como la Guardia Nacional y las policías estatal y local, tal y como informa Efe. El papel protagonista del FBI en la investigación de lo ocurrido en Boston confirmaría, según los observadores, que las autoridades siguen la pista de un acto criminal de naturaleza terrorista, aunque podría ser de origen tanto interior como exterior.

Según las primeras averiguaciones, las bombas utilizadas fueron pequeños artefactos, pero mientras no se determine el tipo de explosivo utilizado no se dilucidará si el ataque fue obra de algún individuo o grupo autóctono o de una organización extranjera.

En sus primeras comparecencias ante los medios, la policía de Boston indicó que no se habían recibido amenazas ni advertencias previas a las mortíferas explosiones.

Debate sobre el control de armas de fuego

Los atentados se producen en un momento en el que los estadounidenses están inmersos en un apasionado debate sobre el control de las armas de fuego, tras la matanza ocurrida a mediados de diciembre en la escuela elemental de Newtown, Connecticut, en la que perecieron una veintena de niños y varios de sus profesores, acribillados a balazos por un joven desequilibrado que terminaría suicidándose.

En el pasado, los intentos del Gobierno de poner límites a la circulación de las armas de fuego entre la población, sobre todo de las más mortíferas como los rifles de asalto, ha dado pábulo a los grupos nacionalistas más extremistas que defienden, incluso violentamente, el derecho a llevar armas en este país.

Según recordaba hoy el diario The Washington Post, la perspectiva de una legislación federal sobre las armas de fuego ha exacerbado la actividad de los grupos «patrióticos» más violentos, de acuerdo con un reciente informe del Southern Poverty Law Center, un centro especializado en el seguimiento de estos grupos. De acuerdo con esta organización, los grupos patrióticos han alcanzado niveles récord en el 2012 y han experimentado un crecimiento del 813 % en los últimos cuatro años.

EE.UU. no había visto escenas como las del maratón de Boston, cuerpos ensangrentados, miembros desgarrados y expresiones de aturdimiento y dolor, desde los atentados perpetrados por Al Qaeda el 11 de septiembre del 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington. Pero el origen de las bombas de Boston podría estar mucho más cerca.

En una carta dirigida al Secretario de Justicia, Eric Holder, el mes pasado, el Southern Poverty Law Center alertaba de que, como en el período anterior al atentado de Oklahoma, se asiste a una multiplicación de las amenazas por parte de estos grupos que temen que el Gobierno acabe arrebatándoles sus armas. Por estas mismas fechas, un 19 de abril de 1995, un terrorista americano, Timothy McVeigh, hacía estallar un camión bomba ante un edificio federal en la ciudad de Oklahoma y acababa con la vida de 168 personas.