Italia tras las elecciones, ¿ingobernable y bloqueada?

Dpa

INTERNACIONAL

La igualdad entre Berlusconi y Bersani y el buen resultado de Grillo complican la formación de gobierno y acrecienta la desconfianza de Europa

26 feb 2013 . Actualizado a las 22:03 h.

Tras una trepidante noche electoral, el fantasma de una Italia sin un gobierno estable volvió a despertarse.

Mientras los mercados dirigen su nerviosa mirada a los ajustados resultados de las grandes coaliciones, Roma se ha sumido en un estado de conmoción.

Silvio Berlusconi, cuya coalición de centro-derecha, Popolo della Libertá, apenas quedó unas décimas por detrás del centro-izquierda de Pier Luigi Bersani, saltó de inmediato a los titulares. «Il Cavaliere» no descarta negociar con Bersani, lo que podría traducirse en una «gran coalición» capaz de estabilizar temporalmente a Italia, que se encuentra sumida en la recesión económica y todavía endeudada.

Tras el espectacular ascenso del Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo, la débil victoria del centro-izquierda en la Cámara de Diputados y el empate técnico en el Senado, planea la amenaza de unas nuevas elecciones, una posibilidad que Berlusconi ya se apresuró a rechazar.

«Italia ingobernable», «Parlamento bloqueado»... titulares como estos saludaban hoy a los italianos desde los diarios.

¿Qué ocurrió en Italia? Con sus promesas en materia de impuestos y junto a la Liga Norte, Berlusconi consiguió volver a sacar a su coalición de derechas de la depresión en la que se encontraba sumida.

Los rivales del ex primer ministro de 76 años, considerado ya un cadáver político, se equivocaron sin duda al infravalorarle.

La izquierda, encumbrada en las encuestas, se adormeció. Como resultado, Pier Luigi Bersani no logró más que una pírrica victoria que le aboca a un callejón sin salida junto a Berlusconi, apunta La Stampa. Incluso Francesco Boccia, miembro del Partido Democrático (PD), apuntaba a la posibilidad de lograr un acuerdo con Berlusconi en algunos puntos, como una reforma de la ley electoral.

«Todo el mundo debería reflexionar ahora sobre lo que pueda ser útil para Italia. Eso necesita tiempo», afirmó Berlusconi, advirtiendo de que Italia no se pueda quedar sin gobierno.

En las próximas semanas, la atención se centrará en el presidente Giorgio Napolitano, quien deberá buscar una salida durante sus conversaciones con todas las partes. Y fue él quien consiguió que Berlusconi dimitiera en noviembre de 2011 y propuso para primer ministro a Mario Monti.

El actual bloqueo parlamentario es el resultado de una doble rebelión de los italianos. La sublevación contra la casta política de Roma, preocupada sólo por sí misma, proporcionó el impresionante impulso al movimiento de Grillo. Y las víctimas de las reformas financieras de Monti ayudaron a Berluscnoni.

«Ganó la Italia euroescéptica», analizaba Corriere della Sera, refiriéndose tanto a Beppe Grillo como Berlusconi. «Paradójicamente pierde Bersani, aunque consiguiera la mayoría en la Cámara de Diputados», agregaba el diario.

El «tsunami» de Grillo barrió con fuerza el Parlamento. Un partido que en realidad no quiere serlo se convirtió de golpe en la fuerza parlamentaria más importante, poniendo patas arriba el panorama y la cultura política italiana. Y Grillo dejó ya muy claro que piensa boicotear una posible «gran coalición».

«Nosotros somos el obstáculo. Con nosotros no podrán (hacer la coalición)», afirmó en su blog. «Podrán continuar siete, ocho meses, hacer un desastre, pero intentaremos tenerlo bajo control».

En las elecciones se impusieron las fuerzas que invirtieron en la frustración social, dejando un país difícilmente gobernable.

Quo vadis, Italia? Quienes preveían este resultado advierten sobre una repetición del modelo griego. Pero en la vida como en la política, los italianos han demostrado una y otra vez que tienen experiencia en situaciones caóticas, y que tal vez lleguen a encontrar una salida. Aún así, los europeos han vuelto a mirar a Roma con preocupación y desconfianza.