Obama propone dar la ciudadanía a los indocumentados en 8 años

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Marco Rubio dice que el plan de la Casa Blanca «morirá en el Congreso»

19 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo advirtió en Las Vegas hace veinte días, si republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo en un plan de reforma migratoria él mismo, Barack Obama, enviará un proyecto de ley al Congreso con la recomendación de que se discuta y se vote inmediatamente. Y dio un plazo: de cuatro a seis semanas. Y solo quedan tres.

Si alguien pensó que era una amenaza vana, se confundió. El pasado fin de semana se filtró el proyecto que prepara la Casa Blanca por si se produce la falta de acuerdo entre los miembros de ambos partidos. Ese proyecto -un borrador, según se apresuró a aclarar el portavoz del presidente- recoge las principales propuestas que ya adelantó Obama en Las Vegas. El punto principal es que propone que los inmigrantes sin visado que cumplan los requisitos pueden obtener la ciudadanía en un plazo de unos ocho años.

Requisitos

Esos requisitos son carecer de antecedentes penales, pagar impuestos, abonar una multa y hablar inglés. Todos aquellos que cumplan con estos preceptos podrán obtener inmediatamente la tarjeta de residencia y trabajo, la conocida en EE.UU. como green card. Ese permiso les permite, tras un plazo de cinco años, solicitar la ciudadanía estadounidense. Y los trámites para conseguir esta se alargan una media de tres años. Sumado todo quiere decir que en ocho años podrían ser estadounidenses de pleno derecho.

El proyecto también incluye la asignación de 140 nuevos jueces para los colapsados juzgados de inmigración. Y contempla los otros aspectos que demócratas y republicanos ven esenciales para la aprobación de la reforma: la obligatoriedad de que los empresarios comprueben la situación migratoria de sus nuevos empleados, un aumento de la seguridad fronteriza y autoriza a la secretaria de Seguridad Nacional a invertir en innovaciones tecnológicas también para las fronteras.

La respuesta de los republicanos al proyecto de la Casa Blanca fue inmediata. Paul Ryan, que fue candidato a vicepresidente con Mitt Romney en las pasadas presidenciales, dijo ayer que Obama busca una «ventaja partidista» en vez de trabajar por una «solución bipartidista». Y el senador republicano Marco Rubio aseguró que ese proyecto «moriría si llega al Congreso».

Precisamente Rubio es uno de los ocho senadores, cuatro de cada partido, que elaboraron un proyecto de reforma migratoria sobre el que se está discutiendo ahora en el Congreso. Pero ese proyecto que es más conservador que el de Obama por que propone un camino mucho más tortuoso y lento para llegar a conseguir la ciudadanía, se ha encontrado, además, con la oposición del ala más radical del Partido Republicano.