Irán admite el envío de tropas de élite a Siria y al Líbano

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Medios alemanes dicen que Al Asad usó armas químicas cerca de Alepo

17 sep 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Irán admitió ayer públicamente por primera vez haber enviado a miembros de la Fuerza Qods de los Guardianes de la Revolución a Siria, para ayudar al régimen de Bachar al Asad frente a la rebelión, y al Líbano, pero indicó que se trataba únicamente de «consejeros».

«Un cierto número de miembros de la Fuerza Qods están presentes en Siria y el Líbano», declaró el general Mohamed Alí Jafari, comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución (Pasdarán), la guardia pretoriana del régimen iraní.

«Pero eso no quiere decir que tengamos en esos países una presencia militar. Les proporcionamos consejos y compartimos con ellos nuestra experiencia», añadió, sin precisar sobre qué versaban esos «consejos».

«Estamos orgullosos [...] de defender a Siria, que es un elemento de resistencia» contra Israel, añadió el jefe de los Pasdarán, que comparó la «aportación de experiencia» de Teherán al régimen de Damasco con el «apoyo de otros países a los grupos terroristas» en Siria.

Las autoridades iraníes, al igual que el régimen de Bachar al Asad, califican a los rebeldes sirios de «terroristas».

Es la primera vez que un responsable de los Pasdarán reconoce públicamente la presencia de miembros de la Fuerza Qods en Siria y en el Líbano, denunciada desde hace meses por la oposición siria y por responsables estadounidenses.

La Fuerza Qods es la unidad de los Guardianes de la Revolución encargada de todas las operaciones exteriores, oficiales o clandestinas, del cuerpo de élite de la República Islámica.

Por otra parte, el régimen sirio probó granadas de gases tóxicos a finales de agosto en el desierto, asegura la nueva edición del semanario alemán Der Spiegel.

Según testigos citados por la revista, aviones y tanques lanzaron cinco o seis granadas sin rellenar en el desierto de Safira, al este de Alepo.

Funcionarios iraníes

Cerca del terreno de pruebas hay un centro de investigación de armas químicas. Der Spiegel señala que en las pruebas había también funcionarios iraníes.

Siria admite que posee gases venenosos, considerados un arma de destrucción masiva, pero asegura que no tiene la intención de utilizarlos.

Informes publicados en julio aseguraban que parte de esas armas fueron trasladadas a bases militares para impedir que caigan en manos de la insurgencia que combate al régimen de Bachar al Asad. Los servicios secretos occidentales afirman que en el centro de investigación de Safira se producen y se prueban gases tóxicos como sarín, tabun y gas mostaza. En los últimos meses la vigilancia de ese lugar se reforzó con un centenar de soldados.

Ayer, el emisario internacional Lajdar Brahimi se fue de Siria tras entrevistarse con jefes rebeldes, para quienes la misión del argelino está abocada al fracaso debido a la continuidad de la violencia que en estos días perturba el inicio del nuevo año escolar.

Varios sectores de las provincias de Damasco, Deraa, Alepo , Hama, Homs y Deir Ezzor fueron ayer el objetivo de las incursiones aéreas o de la artillería pesada de las fuerzas del régimen. La violencia dejó ayer 55 muertos en todo el país, de los cuales 6 eran soldados, 12 rebeldes y 37 civiles.