El oficial del «Titanic» eligió la peor maniobra posible para esquivar el iceberg

José Marín Ameneiros LA VOZ

INTERNACIONAL

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Hay una operación mucho más rápida y eficaz, típica de escape o evasión en alta mar, que el gobernante del barco pasó por alto al avistar la masa de hielo

15 abr 2012 . Actualizado a las 11:09 h.

Tuvo escasos segundos para decidir, como el conductor de coche que se encuentra inesperadamente con un atasco y tiene que frenar bruscamente o dar un volantazo. Y en esos pocos segundos, William Murdoch, oficial al mando del Titanic, eligió mal. Comprensible, dada la tensión del momento, pero el gobernante escogió la maniobra más lenta para evadirse del iceberg recién avistado a proa del barco. José Antonio Bustabad, autor del libro Informe pericial sobre las causas del naufragio del trasatlántico Titanic, detalla una operación más sencilla que probablemente hubiera permitido al trasatlántico evitar el choque y la tragedia.

¿Qué maniobra realizó el oficial del Titanic?

Una vez los vigías avistaron el iceberg, apenas a 600 metros por la falta de prismáticos, había que maniobrar lo más rápido posible para evitar el choque. El trozo de hielo fue visto frente al Titanic, ligeramente a estribor (a su derecha), así que había que virar a babor (a la izquierda) para esquivarlo. Para ello, el oficial ordenó, en primer lugar, girar el timón a babor para llevar el barco hacia ese mismo lado. Y en segundo lugar, dar marcha atrás con las dos hélices laterales y parar la central (el Titanic tenía tres turbinas) con el fin de reducir la velocidad. Lo ordenó a la sala de máquinas, mediante los telégrafos, en este orden: marcha atrás con la hélice de estribor, parar la hélice central, y marcha atrás con la de babor.

Esta maniobra es la más lenta posible, y una excepción en alta mar, según Antonio Bustabad. Desde que fue avistado el iceberg hasta el impacto pasó menos de un minuto; la maniobra de inversión de marcha (de hacia delante hacia atrás) llevaba unos 70 segundos en el Titanic. Además, el personal de la sala de máquinas disponible en ese momento, para operar en los tres motores, era insuficiente. Porque sólo en operaciones en puerto solían estar todos los hombres de las calderas activos.

La maniobra realizada fue contraproducente: mientras el timón empujaba hacia babor, los motores llevaban el barco a estribor, provocando que el Titanic apenas girase

Y lo más importante: la maniobra era contraproducente. Al ser el motor de estribor el primero en reducir revoluciones, prácticamente se anuló la efectividad del timón girado a babor. Hay que tener en cuenta que cuando un motor lateral se para, el navío gira hacia su costado. Por tanto, la guía del barco lo condujo hacia la izquierda, mientras el motor de estribor, al bajar de potencia, lo llevó hacia la derecha. Esto provocó que el Titanic virara escasamente a babor, yendo casi recto hacia el hielo.

La maniobra correcta

La maniobra adecuada, que posiblemente hubiera permitido al Titanic evitar el choque, es una de las más sencillas de ejecutar. Hubiese bastado con girar el timón a babor y bajar la velocidad de la hélice de ese mismo lado. Las otras dos turbinas, la central y la de estribor, hubieran hecho fuerza hacia la izquierda aprovechando la escasa potencia de la hélice zurda. Sin embargo, al parar primero el oficial los motores central y derecho, éstos dejaron de hacer fuerza y evitaron que el giro a babor fuera suficiente para eludir el iceberg.

Incluso hay, según Bustabad, una segunda operación alternativa que quizá no hubiese sido tan catastrófica: parar máquinas y seguir recto al iceberg. La proa del barco es la parte más reforzada y preparada para soportar cualquier tipo de colisión. Impactando de frente, los daños en el Titanic hubieran sido menores. Sin embargo, con el choque lateral, la brecha de decenas de metros abierta en el costado dañó muchos compartimentos estancos y a la postre fue decisiva para el hundimiento del coloso.