El Supremo revisa la ley sanitaria de Obama

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La principal cuestión es si la obligatoriedad de contratar un seguro de salud es constitucional o no

27 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El Tribunal Supremo de EE. UU. estudia la posible inconstitucionalidad de la reforma sanitaria aprobada por Barack Obama hace dos años. Las vistas han levantado un enorme interés y el fallo judicial que se conocerá en junio podría tener consecuencias en las elecciones de noviembre. La demanda fue presentada por 28 estados gobernados por republicanos y por ciudadanos particulares.

El centro de la cuestión que se debate hasta mañana es si uno de los mandatos de la reforma, la obligatoriedad para todos los estadounidenses de contratar un seguro de salud, se atiene o no a la Constitución del país. Ayer se escuchó una cuestión previa pero que podría detener todo el proceso. Se analizó si la multa que se impondrá por no contratar ese seguro es o no un impuesto. Si los jueces consideran que sí lo es podrían argumentar que no estudiarán nada más sobre la reforma sanitaria hasta el año 2015. En EE. UU. no puede llevarse un impuesto a los tribunales hasta que no se ha pagado y el artículo que obliga a que todos tengan seguro y establece multas por no tenerlo entra en vigor en el 2014.

Pero el centro de todo este asunto es si el Congreso tiene o no derecho, de acuerdo a la Constitución, a imponer la obligación de contratar seguro médico a los ciudadanos. En general, los republicanos están en contra de la reforma sanitaria, y los demócratas, a favor. E indiscutiblemente es la ley estrella de la presidencia de Obama. Por esa razón, la decisión del Supremo puede tener una enorme importancia política y marcar las elecciones de noviembre.

El Tea Party aliado con la Cámara de Comercio ha gastado millones de dólares para influir en la decisión de los jueces contra la ley de Obama. Por el otro lado, médicos, compañías de seguros de salud y en general los demócratas también intentan influir en la decisión.

Pero los que decidirán serán los nueve jueces, cinco nombrados por presidentes republicanos y cuatro por demócratas, que componen el tribunal. Se supone que los cuatro progresistas votarán por la constitucionalidad de la reforma. En el caso de los conservadores, las mayores dudas están en el voto del juez Anthony Kennedy, nombrado por Ronald Reagan, y al que se considera el único que podría votar contra la inconstitucionalidad de la reforma, lo que significaría la victoria para el Gobierno federal.