Castro, 4 años de lentos cambios

carlos batista LA HABANA / AFP

INTERNACIONAL

La tímida apertura económica carece de una correspondencia política

25 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Raúl Castro cumplió ayer cuatro años como presidente de Cuba entre apremios de simpatizantes que piden más velocidad a sus reformas, y críticas de la oposición y Washington, que consideran lentos y cosméticos esos cambios.

El general presidente, de 80 años, consumió el 40 % de su tiempo en la presidencia, pues él mismo limitó los cargos en Cuba a dos mandatos de cinco años.

«No se puede decir que no haya habido cambios en estos cuatro años, sobre todo en el terreno económico, no tanto en el terreno político», dijo el economista opositor Óscar Espinosa Chepe, aunque calificó las reformas económicas como «totalmente insuficientes».

Raúl Castro se mantiene firme en su estrategia de «paso a paso» en los cambios, «sin prisa, pero sin pausa», valora el académico cubano-norteamericano Arturo López Levy, de Denver.

«La lentitud en la aplicación de las aperturas, incluida la reforma migratoria y la ausencia de una política que incentive las inversiones de cubanos del exterior, está haciendo más difícil y doloroso el ajuste económico», dijo López Levy.

En cuatro años, Castro ajustó el equipo de Gobierno, abriendo el poder a los militares, y cambió a medio centenar de dirigentes fidelistas. Aún así, se precisa «la actualización del modelo político», dijo el académico cubano Julio César Guanche.

Castro también les dio a los cubanos el acceso a hospedarse en hoteles y a comprar ordenadores y electrodomésticos. Su mayor actividad se concentró en la economía: convocó un congreso del Partido Comunista que aprobó más de 300 cambios para «actualizar» el agotado modelo económico y hacerlo rentable.

La prioridad es aumentar la producción de alimentos, para lo que repartió parcelas en usufructo y ofreció créditos. Pero el despegue es lento. También amplió el trabajo privado y comenzó un proceso de autonomía de las industrias estatales.

Diálogo con la Iglesia

«El secreto mejor guardado es que los cambios económicos ya han provocado acomodos políticos imprescindibles», dice López Levy, y cita el diálogo con la Iglesia.

Raúl Castro encuentra la verdadera resistencia en la «burocracia» del sistema, que frena las reformas, y en la corrupción, una olla que destapó y que pese a acciones enérgicas no logra vaciar.

Pero «le va quedando poco tiempo, es un hombre mayor», señala Espinosa Chepe. Ese es otro desafío a los cuatro años de Gobierno: formar urgentemente un relevo capaz de mantener el proyecto, pues Fidel siempre pospuso esa tarea.