Un muerto en Venezuela en los incidentes tras las primarias

pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La oposición quemó los documentos recabados por el Tribunal Supremo

16 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Violentos disturbios se registraron ayer en Maracay, Aragua, ciudad a 130 kilómetros al oeste de Caracas, cuando estudiantes universitarios cerraron carreteras en repudio por la muerte de Julio Sarmiento, el martes en esa ciudad, en un incidente que aún permanece confuso pero que involucra a la policía de ese estado y que está relacionado con las elecciones primarias de la oposición el domingo.

Sarmiento fue arrollado, al parecer, cuando se ejercitaba en una bicicleta, por una grúa de la policía de Aragua que remolcaba un vehículo en cuyo interior se encontraban cuadernos de votación de las elecciones opositoras. El Tribunal Supremo de Justicia del país, en una decisión controvertida, y en menos de dos horas, exigió a la oposición entregar esos cuadernos, pese a un compromiso previo del Consejo Nacional Electoral con los partidos opositores de quemarlos, para impedir que se conociera quiénes habían votado y así evitar la creación de listas de discriminación política que el Gobierno ha venido usando contra sus adversarios desde el 2004.

La decisión del Supremo se tomó a petición de un candidato derrotado, pero inmediatamente disparó las alarmas entre los votantes. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que agrupa a los partidos de oposición informó por la noche que todos los cuadernos habían sido quemados antes de la solicitud del máximo tribunal.

La grúa se encontraba atrapada en una protesta opositora que exigía la devolución de los cuadernos, en incidentes que causaron heridas a cuatro policías. Ayer, estudiantes salieron nuevamente a las calles y fueron otra vez repelidos por las autoridades policiales y por grupos radicales del chavismo, que les lanzaron piedras y gases lacrimógenos. El incidente se agravó porque, justo en el momento en que se generó, el presidente venezolano, Hugo Chávez mantenía «encadenadas» (conectadas a la única señal del Estado) todas las televisiones y radios, provocando un apagón informativo que se subsanó parcialmente a través de las redes sociales.

Aunque el acto del jefe de Estado era en teoría la celebración de una fecha patria menor (el establecimiento del primer Congreso Nacional) y no debería haber intervenido como orador, habló casi dos horas y dedicó sus palabras a las elecciones primarias del domingo. Señaló que la quema de los cuadernos tiene «tufo a fascismo», que «el conductor de la grúa atropelló al hombre porque lo querían quemar vivo» y que «la oposición no tiene nada de qué alegrarse, porque si ellos tienen cinco millones de votos, yo tengo nueve millones», dijo. Agregó que «la burguesía habla de la unidad y yo digo: cuidadito con ese discurso».

La muerte de Sarmiento y la decisión del Supremo eclipsaron parcialmente la toma de posesión como candidato de Capriles, gobernador del estado de Miranda, que el martes se encontraba en Zulia, donde gobierna quien hasta el domingo era su principal competidor, Pablo Pérez. Invitó al Gobierno «a digerir los 3 millones de votos» de las primarias, y afirmó: «Nosotros queremos un país en el que nadie tenga que morir por la violencia, por la división».