La prensa, blanco de los leales al régimen

A. Clasmann, E. Fadl EL CAIRO / DPA

INTERNACIONAL

03 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ayer fue un día negro en la historia de la república de Egipto. El ambiente que se respiraba en la plaza Tahrir (liberación en árabe) era el de una especie de caza: seguidores del Partido Nacional Democrático (PND) de Hosni Mubarak quieren librarse de los periodistas extranjeros e intentan además expulsar a los opositores al régimen concentrados en la plaza.

Los fieles al régimen de Mubarak parecen estar dispuestos a llegar a las últimas consecuencias. Y los periodistas ya no están seguros. «¡Desaparezcan, extranjeros de mierda!», gritaban unos fieles a Mubarak a un grupo de reporteros. Una fotógrafa no supo cómo reaccionar cuando en una calle junto a la plaza Tahrir un grupo de seguidores de Mubarak se lanzaron sobre ella para quitarle la cámara. Un grupo de defensa civil del barrio llegó en su ayuda, arrastrándola a una pequeña calle lateral y llevándola a un lugar seguro.

A media tarde, de repente, decenas de hombres aparecieron galopando en caballos y camellos en la plaza en medio de la multitud golpeando con bastones y varas de hierro a los manifestantes y obligándolos a dispersarse. «Fue como un ataque de caballería en medio de la ciudad», contaba el reportero de la radio ARD Martin Durm, insultado en cuanto desplegó su micrófono. Él y su compañera, la corresponsal Esther Saub, desalojaron incluso su oficina a las orillas del Nilo después de que los vándalos intentaran entrar en el edificio, en el que la televisión Al Arabiya tiene también su estudio.

Un reportero preguntaba a uno de los atacantes que lanzaba piedras contra los manifestantes por qué lo hacía. «Hemos venido para dispersar a estos grupos protestantes de la plaza Tahrir». Pero varios miles de manifestantes permanecieron en el lugar hasta la noche. «No nos iremos de aquí -decía uno- venga lo que venga».

Los enviados especiales de tres medios catalanes Joan Roura, Sal Emergui y Gemma Saura, (TV3, La Vanguardia y RAC1) fueron agredidos mientras retransmitían en directo la crónica de los disturbios. El periodista belga Serge Dumont fue golpeado y retenido en unos barracones, mientras Erol Candabakoglu, corresponsal del canal turco subsidiario de Fox News, fue secuestrado durante unas horas.

Por la noche, los seguidores del PND se retiraron, pero parecía solo un movimiento tácito: continuaron presentes en las calles aledañas y en los barrios cercanos. Entretanto, los manifestantes lanzaron piedras. Y en el frente entre ambos grupos la situación es incendiaria. «Está claro que los seguidores del PND maquinaron la violencia y que los opositores solo se defendían», contaba un testigo que está, como la mayoría de los egipcios, escandalizado por la brutalidad con la que los seguidores del régimen se aferran al poder.

Mientras, los partidos discutían si deben o no continuar las protestas. Pero eso no interesa ahora a nadie, porque la batalla decisiva se libra en la calle.

«¡Desaparezcan, extranjeros de mierda!», gritaban a los periodistas