«Gran Hermano 16»: Sofía, ganadora

La Voz

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La navarra se hace con el maletín de un edición marcada por su relación con suso y la particular amistad entre Aritz y Han

23 dic 2015 . Actualizado a las 23:12 h.

La audiencia de Gran Hermano 16 escogió a Sofía. Y la convirtió en ganadora de una edición marcada por el romance de la navarra con Suso y la particular amistad de Han y Aritz, segundo finalista. En tercer lugar se clasificó Niedziela, que salió de la casa un día antes, el martes, para regalarle a los espectadores la entrevista más simpática de la historia del reality. Pero antes de que la artista circense llegase al plató, Mercedes Milá tuvo que poner orden entre dos exconcursantes, enzarzadas en un cruce de descalificaciones que marcó la semifinal (o falsa final) de esta edición. 

Estaban los chicos de Gran Hermano 16 comentando las declaraciones de Aritz en sus confesionarios cuando, de repente, Marta, fuera de sí, comenzó a increpar a Ivy: «Payasa, que eres una payasa, medio metro, renacuajo». ¿Qué le dijo la novia la de Carlos a la canaria para que se enfureciese de tal forma? El público no se enteró, pero las redes sociales, avisapadas, se encargaron de hacer circular sus palabras.

Tal y como se aprecia en el vídeo, Ivy llamó «gorda» a Marta después de que esta le llamase «patética». Y, al rato, al hilo de otro rifirrafe, la canaria estalló. Fue este episodio lo más interesante de una noche que los concursantes que aún quedan en Guadalix llevaban tiempo esperando. Pensaban que este martes abandonarían su encierro de una vez. Pero Gran Hermano 16 les había vuelto a mentir. Y, teniendo en cuenta su historial de medias verdades, es bastante probable que esta trola no sea la última que escuchemos de aquí a las dos de la mañana. Creían los tres finalistas -SofíaNiedziela y Aritz- que el 22 de diciembre se decidiría el ganador de esta edición. Pero dos de ellos tuvieron que pasar una noche más en la sierra madrileña. Arrancó el martes la final de la entrega más embustera del reality, sí. Pero solo era el principio del final.

De esta falsa final salió la tercera finalista de Gran Hermano 16. Así, el último combate se libró este miércoles entre el vasco y la navarra. Y ganó ella. 

Sofía

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La historia de Sofía en Gran Hermano 16 implica a otros tres concursantes esenciales de esta entrega del reality: su madre, Maite Galdeano; Suso y Ricky. El secreto de la de Pamplona fue, quizás, el más peliagudo de todos. Durante semanas tuvo que disimular que era hija de la habitante más excéntrica y ordinaria de la casa. Por si esto fuese poco, acabó bebiendo los vientos por Suso, hijo ficticio de su verdadera madre. Un lío, vamos. El caso es que el Casanova de este Gran Hermano se rindió pronto a sus encantos, con la misma prisa con la que, a continuación, se cansó de ella. Sofía protagonizó el culebrón de la edición. Primero, en el papel de mujer fatal. Luego en el de niña caprichosa y despechada. Y, cuando Suso cambió de objetivo y se metió en la cama de Raquel, en el de víctima. Conocemos la historia. Lamentablemente, se repite todos los años.

La telenovela en la que durante unas semanas se convirtió Gran Hermano 16 benefició, sin embargo, a la concursante más joven de esta entrega. Sus idas y venidas con Suso, sus numeritos de celos, sus discusiones con Raquel, sus lágrimas por las esquinas y sus intentos -incansable ella, más indignada con cada rechazo que recibía- de pescar de nuevo al catalán le brindaron minutos y minutos de vídeos en los resúmenes diarios, galas y debates. Hubo un época del concurso en el que GH 16 era solo Sofía, Suso y Raquel. Pero entonces la audiencia expulsó al motero. Y, cuando parecía que, españoles, la navarra había muerto, Ricky pasó al primer plano

Su relación con el canario no estuvo exenta de polémica. La joven, que gimoteaba durante todo el día en el confesionario, insistiendo en cuánto echaba de menos a su Suso, buceaba por las noches bajo las sábanas del grandullón, quien, del mismo modo, pegado a ella como una lapa en la oscuridad, evocaba durante las horas de luz a su Churraska -«su chica de fuera»-. Ricky se fue y Sofía se quedó sin opciones con las que coquetear

No eran pocos los que apostaban por ella desde el principio como una posible vencedora de Gran Hermano 16. El perfil le ayudaba. Su trayectoria ha sido muy similar a la de Paula, ganadora de la pasada edición. Fuera, la esperan con intenciones dispares Ricky y Suso. La diversión en el plató está más que asegurada.

Niedziela

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Tiene 22 años y nació en Tortosa (Tarragona), aunque, gajes de su profesión, se considera de todas partes. Su paso por Gran Hermano 16 ha sido más que menos discreto, aderezado por su particular relación con Vera. Niedziela entró en la casa con un secreto de medio pelo, nada interesante para el espectador comparado, por ejemplo, con la capacidad para ver muertos que debía ocultar Carolina. La contorsionista conocía una estancia en la casa de la que solo otro concursante (Vera) tenía constancia -en realidad, también Raquel frecuentaba el jardín secreto, pero de eso Niedziela no tenía la más mínima idea-. Ambos se vieron obligados a visitar regularmente esta zona exterior sin que sus compañeros advirtiesen su ausencia. Para ello, trazaron un plan: se inventaron una incipiente relación, una atracción, un romance mediático que acabó cobrándose una víctima. Vera se encariñó hasta la médula de la finalista, hasta el punto de llegar a plantearse si estaría enamorándose. Ella, por su parte, siempre mantuvo las distancias y, cuando los secretos vieron la luz y el resto de la casa fue consciente de que todo era una estrategia, dejó las cosas claras: como amigos, adelante. Pero nada más

La sólida decisión de Niedziela flaqueó cuando su inseparable compañero resultó escogido para irse unos días de intercambio al Gran Hermano de México, donde conoció a otra. Y se encariñó, de nuevo, hasta la médula. Entre el catalán y Rossana, sin embargo, sí hubo química. Y hora sin cámaras. La mexicana funcionó como el mejor remedio para la enfermedad del desamor que afligía a Vera dentro de los muros de Guadalix. Volvió de la aventura transoceánica un concursante nuevo, alegre e ilusionado, desterrado el antiguo -melancólico y mustio- Vera. La circense, sin embargo, acusó la falta de atención de su amigo y, en alguna ocasión -copa en mano y el monstruo de los celos incitándola-, llegó incluso a sentirse descuidada y desplazada.

Poco más juego ha dado la de Tortosa, alejada en todo momento de las grandes polémicas de Gran Hermano 16. Amiga inseparable de Marta y Sofía -las «embrujadas»-, ha pecado de chismosa y criticona -es una de las reinas del «piki piki» de esta edición-, ha tonteado con Suso y con Ricky, y ha regalado a la audiencia épicos razonamientos y gloriosas conversaciones sexuales con sus compañeras de concurso. 

Sus última palabras en el blog:

Aritz 

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Todas las encuestas le dan la medalla de oro a pesar de que Aritz es de esos concursantes que o se le quiere o se le odia. De él recordaremos, sobre todo, su peculiar relación con Han y, a raíz de ella, sus tensos altercados, a grito pelado, con Suso. El vasco, de 24 años, fue el único que entró en Gran Hermano 16 sin secreto. O eso es lo que mantiene el programa. Artesano, cantante, guía turístico y conductor de bicitaxi, aseguraba en el cásting que vivía al margen de la tecnología. Que no tenía televisión, ni Internet, ni ordenador. Primera mentira. Como mínimo, Aritz cuenta con un perfil de Twitter y otro de Facebook y es un usuario activo en ambas redes sociales. 

Tras descubrir tal farsa, la audiencia empezó a sospechar de absolutamente todo lo que decía el vasco. Aunque en ningún momento se definió explícitamente como heterosexual, sí aseguró en varias ocasiones que le atraían las mujeres. En la casa, su amistad con Han nos hizo dudar. Lo que al principio entendimos como un exceso de confianza del chino, quizá demasiado pesado, quizá muy insistente, acabó convirtiéndose en una historia de amor en toda regla. La casa de Gran Hermano 16 fue testigo del acercamiento entre ambos concursantes, de sus mimos y arrumacos, y, en la recta final, incluso de besos y algo más

Aritz tiene completamente desconcertada a la audiencia del programa. El vasco se ha cansado de repetir que le espera una «persona especial» fuera. Sin embargo, su actitud con Han ha dado pie a todo tipo de especulaciones sobre este tema. Hay quienes mantienen que la susodicha no está ni se le espera, quienes defienden que nunca ha existido y quienes entienden que el concursante, confundido, ha descubierto una nueva dimensión de su sexualidad en Gran Hermano 16, dejándose llevar y olvidándose por completo de las cámaras. También están -los más retorcidos- los que han visto en su acercamiento al chino una auténtica estrategia para llegar hasta la final y alzarse con el maletín del premio. Se equivocaron.