Cómo salir airoso de las 10 preguntas trampa de una entrevista de trabajo

La Voz

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Emilio Naranjo

Parecen cuestiones inocentes, pero tienen una intención oculta. Saber responderlas puede suponer un éxito

01 jul 2015 . Actualizado a las 18:49 h.

Los directores de recursos humanos saben como abrir en canal a sus entrevistados y descubrir qué es lo que se encuentra debajo de la coraza que todos intentamos mostrar a la hora de enfrentarnos a una entrevista de trabajo. Y lo cierto es que las cuestiones que pueden parecer más sencillas, suelen ser las que esconden las respuestas más comprometidas.

Los expertos señalan que hay ciertas cuestiones que deben ser vigiladas y preparadas con antelación, con el único fin de no caer de lleno en las sutiles trampas que los directores de RR.HH. nos pondrán por el camino. 

El portal World Economic Forum recoge algunas de las preguntas que esconden una segunda intención

1. ¿Cómo te definirías a ti mismo en una sola palabra?

La típica. Es una de las preguntas más repetidas en los procesos de selección de personal y sin embargo sigue siendo una de las que más resbalones provoca. Esta es una de las preguntas que intentan ahondar en la personalidad del trabajador, pero también en la confianza que se tiene en uno mismo y si el estilo personal se adapta al puesto para el que se está optando.

El principal desafío de esta pregunta reside en el desconocimiento del perfil que están buscando los directivos, por lo que la mejor recomendación a la hora de responder es la cautela. Pero también la lógica juega un papel fundamental. Si uno pretende dedicarse a un puesto que requiere de cierta exactitud y de un trabajo minucioso no debería utilizar la palabra creativo para describirse, mientras que si el empleo requiere de cierta imaginación nunca debería presentarse como recto o estricto. En cualquier caso, el mayor error que puede cometer una persona cuando se enfrenta a esta pregunta es la de presentarse con los típicos adjetivos que habitualmente creemos que van a ser bien recibidos. Si todos dicen lo mismo, ninguno será capaz de despuntar.

2. ¿Qué le parece este puesto de trabajo comparado con otros que ha solicitado?

La verdadera cuestión que se esconde tras esta pregunta es si el aspirante está optando a otros puestos, algo con lo que el entrevistador podrá saber cuál es el nivel de implicación en la búsqueda de empleo de la persona a la que está entrevistando. En este caso, hay que medir bien las palabras. Si tu respuesta es: «Este es el único trabajo que he solicitado», es muy posible que el currículo termine convirtiéndose en papel mojado. Y es que lo primero que pedirá el entrevistador es honestidad, y lo cierto es que la mayor parte de aquellos que están buscando un empleo de forma activa, abre su abanico de posibilidades.

Sin embargo, tampoco es recomendable pasarse de honesto y colocar el resto de opciones por delante de la otra hablando de sus maravillosas condiciones. En este caso, los de recursos humanos pueden interpretar que finalmente el aspirante se decantará por otra empresa, haciéndoles perder el tiempo.

«Hay varias empresas con las que he contactado, pero no me he decidido todavía por la mejor opción para mi futuro profesional», es una buena respuesta para dar cuando llega el momento de responder a esta pregunta.

3. Dime tres de tus puntos fuertes y tres de los débiles

Cada puesto de trabajo requiere determinados requisitos, por lo que las respuestas deben ir encaminadas en este sentido. Los empleos que están formados por un amplio equipo necesitarán gente que sea capaz de trabajar en equipo y aquellos en los que se deban cumplir con una determinada entrega necesitarán a gente que sea capaz de cumplir los plazos. 

Esta es una de las preguntas que deben llevarse preparadas, ya que a la hora de exponer los puntos negativos es posible que se esté minando todo el trabajo que se consiguió al exponer los positivos. No se puede decir que somos el mejor candidato para ejercer un trabajo en equipo y después exponer como punto negativo que tenemos poca capacidad de concentración cuando estamos rodeados de gente.

4. ¿Por qué quiere trabajar aquí?

En este caso lo que marcará la diferencia es la prioridad que se le da a según que cosas. Es evidente que todos los que acuden a una entrevista de trabajo están interesados en el puesto de trabajo por alguna razón, por lo que es importanto tener muy claro lo que se va a decir. 

Con esta cuestión los entrevistadores pretenden examinar hasta qué punto el postulante ha investigado sobre la actividad que desarrolla la compañía. Es aquí cuando se puede colgar uno la medallita hablando de los beneficios que tiene la empresa para él y los que él tiene para la empresa. Siempre afinando y hablando de casos concretos (que se podrán conseguir después de haberse preocupado por saber cosas del futuro puesto de trabajo).

En este caso, no es recomendable despotricar con nuestro anterior puesto para justificar un cambio de empresa. Fórmulas como «me apetece crecer profesionalmente», son las que mejor pueden solucionar esta situación. Es decir, a preguntas incómodas, respuestas diplomáticas.

5. ¿De qué se siente más orgulloso en lo que respecta a su trayectoria laboral?

Esta pregunta es la mejor para mostrar la pasión y el orgullo que tiene a la hora de ejercer el trabajo. La energía y el entusiasmo con el que se responde a aquellos hitos que se han conseguido en el pasado laboral son de vital importancia, ya que demostrarán a los de recursos humanos que el candidato está dispuesto a trabajar duro y con pasión por la empresa.

6. ¿Con qué compañeros o con qué jefe se ha sentido más incómodo y con cuáles más a gusto y por qué razón?

No hay que pasarse de listo, pero tampoco mostrar todos los conflictos. En este caso, están intentando medir si la persona que tienen delante es por lo general conflictiva o si por el contrario tiene capacidad para adaptarse. Decir que nunca se ha tenido un problema es sospechoso y podría sonar deshonesto. En este caso es mejor hablar de lo positivo y dejar lo negativo en el aire. Por ejemplo: «Me gusta más trabajar con personas que tienen una buena capacidad de comunicación y que son capaces de trabajar en equipo». Los expertos recomiendan dejar claro que el candidato es capaz de adaptarse a una amplia gama de personalidades.

7. ¿Te has planteado trabajar por tu cuenta?

La posibilidad de que el trabajador esté pensando en abandonar la empresa en un corto período de tiempo es algo que preocupa a los de recursos humanos, ya que la llegada de una nueva persona a la empresa supone una inversión de tiempo y recursos en formación. Esta pregunta puede dar la vuelta y convertirse en una gran apuesta por uno mismo. Afirmar que has pensado en ello pero que crees que no es para ti, es la mejor opción.

8. Si pudieras trabajar para cualquier empresa, ¿cuál sería?

Esta es una de las formas con las que la empresa pretende conocer la lealtad del futuro trabajador. Esta pregunta puede conseguir que los de recursos humanos eliminen a aquellos candidatos que se desvíen de la carrera principal. Aunque Google sea un magnífico lugar para trabajar, si la empresa a la que postulas no tiene nada que ver con el gigante tecnológico no es aconsejable que lo sitúes como prioridad.

9. ¿Qué harías si ganaras 5.000.000 de euros mañana?

Un trabajador poco motivado diría que se iría al día siguiente. Sé un poco listo y asegura que el trabajo es una forma para crecer y que aunque tuvieras mucho dinero, el empleo te aportaría algo a nivel personal. 

Además, si vas a exponer las cosas en las que gastarías el dinero, el entrevistador podrá ver exactamente cuáles son tus prioridades con el dinero y conocer algo más de ti.

10. ¿Por qué ha estado tanto tiempo sin trabajo?

Los entrevistadores son personas escépticas, por lo que es necesario mostrarles que si somos parados de larga duración, tenemos la capacidad de reclicarnos y adaptarnos a las nuevas circunstancias.