Irene Villa, sobre Iñaki Rekarte: «Odio, victimismo, los etarras están podridos por dentro»

La Voz REDACCIÓN

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«Está arrepentido, es mi percepción. No tiene ninguna necesidad de explicar lo que explicó porque podría haber salido de la cárcel, como han salido tantos otros, calladito, con su vida anónima lejos de la organización de ETA, de su entorno» afirma Jordi Évole tras la emisión del último «Salvados: dentro de ETA»

12 may 2015 . Actualizado a las 16:08 h.

Iñaki Rekarte fue el protagonista del último programa de Salvados, titulado Dentro de ETA. El exjefe del comando Santander relató los entresijos de la banda terrorista en un programa que provocó todo tipo de reacciones en Twitter, tanto a favor como en contra. Entre ellas destacan la de varias víctimas del terrorismo como Irene Villa o Eduardo Madina.  

El último Salvados de la temporada causó gran impacto tanto en las redes sociales como en la audiencia. Se despidió con un 16 % de cuota de pantalla y fue seguido por 2.891.000 personas, quedando muy cerca de su inmediato competidor, Supervivientes: el debate, que obtuvo un 18,3 %. El falso cara a cara de Pablo Iglesias y Albert Rivera en Viajando con Chester logró un 9,6 %. El dato de audiencia en el País Vasco llama especialmente la atención ya que logró una cuota de pantalla del 30 %.

La emisión del programa de Salvados en el que Iñaki Rekarte ofrece sus testimonio sobre su vida en ETA, cómo cometió los atentados o su paso por la cárcel, en la que ha pasado la mitad de su vida, coincide con la presentación del libro que narra su historia. Bajo el título de Lo difícil es perdonarse a uno mismo. Matar en nombre de ETA y arrepentirse por amor y editado por Editorial Península, en él se cuenta la historia de Rekarte y cómo fue su viaje hacia el arrepentimiento y su reinserción en la sociedad.

Iñaki Rekarte: «ETA está intentado salvar su culo»

El exetarra Iñaki Rekarte acusa a ETA de que su única preocupación actual es «salvar su culo» sin importarles nada los cerca de 450 presos que quedan en las cárceles, según recoge Eurpa Press. Además, el exjefe del comando Santander, cuestiona que quienes «han ido matando en nombre de la política» como él puedan ahora tener derecho al voto y no oculta que le gustaría que los presos de ETA optasen por votar Podemos y no a Bildu y luego lo contasen.

Iñaki Rekarte, exetarra arrepentido que se ha reinsertado en la sociedad, afirma que el actual líder de ETA, David Pla, «le preocupa su cabeza, no los presos. A ver cómo pasan de ahí a su vida normal sin pasar por la cárcel. Les importan muy poco los presos porque si no darían vía libre. A mi me parece que estas cosas dentro de cinco o diez años serán tan lógicas», afirma.

A corto plazo ve a ETA «como ahora, desaparecida» y afirma que no espera una disolución: «¡qué se van a disolver! ¿qué es ETA ahora mismo? En realidad están desaparecidos, es una maquinaria oxidada imposible de volver a reeditar».

Afirma que no va a votar en las próximas elecciones municipales porque ni se lo ha planteado y critica con dureza a Bildu y a sus dirigentes a los que acusa de representar el «hambre de poder» y «la revancha», aunque «entre medias hay mucha gente con ganas de hacer cosas», pero que «no tiene ni idea de lo que son los fondos». «Tendrán poder, pero es pan para hoy y hambre para mañana», vaticina porque «no son sinceros, no van de cara en la vida» y su «intención es única y es la de siempre».

«¡Pero que hostias vas a votar una mierda! Las personas que hemos ido eliminando al de enfrente o matando en nombre de la política ¿a dónde vas a ir a votar? no tienes ni derecho», sentencia. En su crítica hace especial mención a Otegi, histórico líder de la izquierda abertzale y secretario general de Sortu pese a estar preso en la cárcel de Logroño. «Pudiendo haber ayudado no hizo nada, tiró para su lado», le reprocha. Preguntado acerca de la campaña en favor de la excarcelación de Otegi, Rekarte replica que «eso se lo preguntaría al que lleva 'veintipico' años preso y que ni Dios se acuerda de él». «Le diría ¿qué cojones haces dándole cobertura a estos?. Ridículo me parece», enfatiza.  

Jordi Évole: «Queremos entrevistar a Arnaldo Otegui»

Jordi Évole ha participado en el programa Al Rojo Vivo, que conduce Antonio Ferreras para analizar el último programa de Salvados, titulado ETA desde dentro. El presentador del programa contesta que cree que Iñaki Rekarte lo siente de verdad: «Creo que sí, es mi percepción. No tiene ninguna necesidad Iñaki Rekarte de explicar lo que explicó porque podría haber salido de la cárcel, como han salido tantos otros, calladito, con su vida anónima lejos de la organización de ETA, de su entorno».  

Évole prosigue explicando que «la apuesta valiente que hace Rekarte es contar lo que ha vividido, quiere contar que todo ha sido un engaño, como acaba reconociendo». 

Además el conductor de Salvados ha adelantado que uno de sus objetivos de la próxima temporada es entrevistar a Arnaldo Otegui. «Sería una entrevista que tiene un interés enorme periodísticamente», explica. Y además recalca que el programa «va a intentar seguir tratando temas como este, temas duros que hacen que muchas veces no guste ni a un extremo ni a otro». 

«No me sé los nombres de las personas que maté»

En 1992, Iñaki Rekarte, exjefe de la organización terrorista ETA, mató a tres personas y dejó a 21 personas heridas. Con solo 19 años detonó a sangre fría un coche bomba en Santander bajo las órdenes de «Matad todo lo que podáis» y un año después ya estaba en la cárcel. Después de la derogación de la doctrina Parot, salió de la cárcel en noviembre del año 2013 tras pasar casi la mitad de su vida en prisión. «La mitad de mi vida, o más», afirma.

«¿Por qué entras en ETA?». Sin paños calientes, Jordi Évole, en el último Salvados de la temporada, aborda con claridad el arranque de una entrevista que se inicia con un largo silencio de Iñaki Rekarte. Silencios que ponen los pelos de punta y que marcan toda la conversación entre el exetarra y el periodista. «Pues no sé. Tenía una falta de madurez muy grande. Me dejé arrastrar», explica un arrepentido exetarra que también asegura que en aquel momento «ser de ETA era ser un héroe». 

«De haberlo sabido, el camino habría sido otro. Si se escucharan las conversaciones en la cárcel se vería lo hasta los huevos que están muchos de invertir su vida en nada», admite Iñaki Rekarte tras asegurar que en su casa nunca se habló de política. Algo que se repetía en su comando: «el único que hablaba de política en mi comando era el hijo de Goñi Tirapu, el gobernador civil de Guipúzcoa. Dentro no se habla de política. Sólo decíamos 'Hay que hacer algo' Sin ton ni son. 'Algo' era un atentado, claro».

Un atentado que tuvo lugar en Irún, su pueblo. Su primer atentado. ¿Cómo organizaron quién apretaría el gatillo? «A cara o cruz». «Lo celebramos. Bueno, solo estábamos contentos. Luego supe de la familia de la víctima. La madre murió de pena, el hermano de SIDA. Y tú matando por Euskal Herria», explica Ikañi Rekarte. 

Después, llegaron sus meses de exilio en Francia. Allí conoció a la cúpula de ETA. A Francisco Mujika Garmendia, alias Pakito. «De una persona que manda a chavales de 18 años sin cabeza a matar a gente y a que mueran, ¿qué quieres que piense?. Nosotros tenemos responsabilidades. Pero estos, ya maduros, ¿para qué? Les conoces en la cárcel y piensas 'si no eres más que un pobre hombre que no sabe ni cómo salir adelante en la vida'», admite el exetarra que del país vecino dio el salto al Comando Santander. Con solo 19 años lo convirtieron en jefe de un comando que formaban tres personas, y el que más experiencia tenía era él. «Uno no había disparo nunca», asegura.

Aunque no conocían nada de la capital cántabra, allí se fueron para preparar una serie de atentados. ¿Y cómo se prepara un coche bomba? «Poco a poco, de 20 en 20 kilos, en la calle». «Lo aparqué donde me pareció mejor. El objetivo era una patrulla. Eran sobre las 8.30 de la tarde. El apuro era la gente, que me vieran sacar el mando. Pero cuando vi venir la furgoneta, lo saqué... Y apreté. Y no lo vio absolutamente nadie. Fue una explosión terrible. Allí también podía haber muerto yo. Es una sensación que no has tenido nunca. Me subí en la moto y me fui enseguida. Tenía un escáner donde escuchaba la radio de la policía y cuando llegué a casa ya sabía que habían muerto tres personas, y que los policías estaban heridos. En ese momento, ¿sabes lo que pienso? Que el atentado había sido un fracaso», relata sobre el atentado en Santander del 19 de febrero de 1992.

Iñaki Rekarte recuerda a la perfección como preparó el atentado, como lo ejecutó, cómo escapó, la cifra de víctimas. Pero no sus nombres. «No, no sabría decir el nombre de las personas que maté. Y los he leído mil veces», admite tras otro largo silencio. 

¿Qué les diría Iñaki Rekarte a los familiares de sus víctimas? «Que siento haberles hecho eso». «Ni siquiera sé ni si es positivo que se reúnan conmigo. Para mi sé lo que sería, pero para él: ¿A las familias de las víctimas cómo cojones les va a valer de algo que yo les pida perdón?», se pregunta un Iñaki Rekarte que 23 años después reconoce que aquel episodio en Santader era solo el primer capítulo. «Se nos estropeó el mando, y al día siguiente no pudimos hacer otro atentado», admite. 

Diez días después, coincidiendo con carnaval, salieron de la ciudad disfrazados. «Entonces te daba absolutamente igual, no pensabas que habías matado a personas. ¿Irse de fiesta? ¿qué piensas que la gente no brinda con champán cuando se mata a gente? Ese es el objetivo que tienes tú en la guerra: eliminar al otro, porque estás con esa lógica», explica Iñaki Rekarte al que la libertad le duró pocos más días. Hasta que llegó a Bilbao. «Cuando nos detuvieron estaba jugando al ping-pong», afirma y explica que en aquel momento «no nos importaba ni morirnos. Hablábamos entre nosotros que no nos iban a coger vivos». 

Tras la detención llegaron las torturas para sacarle información: los golpes, los electrodos, la bolsa en la que uno se ahoga hasta que se desmaya, flexiones durante todo el día. Las denunció, después de declarar, pero nunca volvió a saber más de aquel asunto. Aunque es consciente de que es un tema que no interesa. «La gente pensará que mis torturas eran un mal necesario», reconoce. 

Después de las torturas, llegó la prisión. «En la cárcel te proteges en ese grupo -en referencia al colectivo de presos etarras-. Porque tienes 30 años de condena y fuera de ahí no tienes nada. Empecé a leer la historia de nuestro pueblo y pensaba: 'Matáis en nombre de un pueblo, y no sabéis ni su historia'. Con el tiempo te das cuenta, que eras una oveja haciendo bee», admite Iñaki Rekarte. 

Los primeros años en la cárcel, transcurrieron en medio del odio. «Buscas gasolina en el odio y por dentro estás podrido. Vives una vida irreal. Si no, te rondan las preguntas. Odias al que no es como tú. Al que puedes odiar. Para justificar el victimismo que te creas tú mismo», explica un Iñaki Rekarte que años más tarde terminaría siendo consciente que ese odio era una tontería. Pero mientras tanto, recibían órdenes desde fuera. «Los que me conocen saben que las recibía de mala hostia. Estás hasta los huevos de estar en la cárcel. Y te llega una orden de huelga por la autodeterminación o por la independencia. Siempre me ha chocado el que dice 'ETA mátalo'... Mátalo tú, pasa 30 años en la cárcel y luego me lo cuentas. Muchos han vivido en torno a lo idílico de esta lucha y jamás han arriesgado su vida y sí la de los demás», explica en referencia a los colectivos de presos etarras.

Sin embargo, el clic de Iñaki Rekarte estaba cerca. Y quizás se encendió un poco con el secuestro y posterior asesinato de de Miguel Angel Blanco. «Recuerdo que todo el mundo estaba en contra». ¿Él quería que lo matasen? «No. Yo pensaba que no lo matarían. Desde mi punto de vista, era una pataleta por el desmantelamiento del secuestro de Ortega Lara. Cualquier persona inteligente -igual es mucho decir- no lo hubiera hecho. Lo mataron como un perro. A partir de ahí, a mucha gente se le revolvió el estómago», asegura, y eso que por aquel entonces solo llevaba cinco años en prisión, «pero es mucho tiempo».

¿Cuando llega el punto de inflexión? «Cuando nace mi hijo. ¿Qué pensará tú hijo de ti?», se pregunta Iñaki Rekarte que admite que ETA vió mal que se desvinculará abiertamente de la banda. «Lo ven mal. Son ovejas y a las ovejas no les gustan que otras se vayan porque el pastor es el que manda. Uno me dijo que si fuera por él, me daba cuatro tiros», admite. 

Por un lado su hijo y, por otro, su mujer: Mónica. Gaditana, era trabajadora en la cárcel. Y se enamoraron. «Cuando conocí a Mónica, ya me había cansado de odiar. Vi que era un racista, un cerrado, un ignorante. Juzgaba sin conocer. 'Y al final tu hijo es de Cádiz ¡Ahí va la hostia! Para que te jodas' ¡Pero con qué orgullo!», explica. Con estas dos piedras angulares, Iñaki Rekarte lo tuvo claro. Quería salir de ETA, se acogió a la vía Nanclares y se alejó de las directrices de la banda terrorista, lo que le costó la expulsión del Euskal Preso Politikoen Kolektiboa (EPPK, Colectivo de Presos Vascos) en el año 2009.

Pero, ¿cómo se sale de ETA? «Muy fácil, pero muy difícil. La estrategia para mantener a las ovejas unidas: 'A ver quién tiene huevos de irse. Al que se vaya lo mato'», explica. Consciente de que no es el único de que ha seguido su camino, no termina de entender por qué a algunos exetarras no les gusta la palabra arrepentido porque «nos arrepentimos de cosas cada día». A pesar del arrepentimiento y de su determinación, Iñaki Rekarte siempre ha mirado por encima del hombro. Y recuerda el caso de Yoyes. Ella fue la primera mujer que ocupó cargos de responsabilidad en la cúpula de ETA, cuando aún estaba dividida entre la rama política y la militar. Más tarde pasó a la historia después de que un etarra la asesinase por su disidencia y su intento de de reinsertarse en la sociedad. «Iba a decir que el miedo no me duró mucho, pero al final siempre estás vigilante. Mi vida al fin y al cabo ha sido no para querer vivirla», asegura. 

Iñaki Rekarte también cuenta el caso de una víctima, la viuda de uno de los asesinados por ETA, que tras su muerte vivió un auténtico calvario ya que la banda terrorista siguió acosándola. «A esta mujer después de matarle el marido le seguían poniéndole dianas en el portal, no sé para qué. ¿Yo he sido así? Me cago en diez», admite el exetarra.

Después de cargar con cuatro muertes y más de la mitad de su vida en la cárcel, una de las últimas preguntas de Jordi Évole estaba clara:  «De nada positivo. Para dejar a una generación con mierda encima», admite y reconoce que de ETA solo queda «un andamiaje oxidado que a ver quien acierta a desmantelarlo como es debido».

«Me he perdonado a mí mismo. Al final te consideras una mala persona y te tienes que decir a ti mismo que no eres mala persona. Y si no te perdonas a ti mismo, no puedes seguir viviendo», explica Iñaki Rekarte.