Muere Hugo Chávez: Las tensas relaciones con «el gran amigo de España»

Ander Azpiroz / Colpisa MADRID

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Desde el «por qué no te callas» a los ataques a Aznar o el acercamiento con Zapatero, el trato de Hugo Chávez con España fue desigual

06 mar 2013 . Actualizado a las 14:11 h.

El famoso «por qué no te callas» que Juan Carlos I le espetó a Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile fue sin duda el episodio más famoso en la relación entre España y el mandatario venezolano. La reprimenda del Rey ante todos los dirigentes latinoamericanos se produjo mientras el comandante lanzaba un duro ataque contra el expresidente José María Aznar, que había dejado la Moncloa tres años antes. Un tiempo insuficiente, sin embargo, para aplacar las iras de Hugo Chávez con el expresidente español. Ambos debieron de soportarse durante cinco años en los que no ocultaron su desprecio mutuo.

El férreo alineamiento del Gobierno bolivariano con Cuba no hizo sino acrecentar el recelo del Ejecutivo de Aznar hacia el presidente venezolano. Los puentes entre ambos dirigentes quedaron definitivamente rotos a raíz del golpe de estado de 2002 que derribó durante unas horas el régimen chavista. Durante el escaso tiempo en el que pareció triunfar la asonada, y con Hugo Chávez detenido, España no llegó a condenar la acción, lo que le valió durante los años posteriores la acusación venezolana de que había estado detrás del golpe fallido. Aznar siempre ha negado su implicación en la asonada. «Si hubiese estado detrás del golpe contra Hugo Chávez igual hubiese ganado», declaró en 2008, antes de desvelar que Cuba le pidió en aquellas horas que sacase del país al presidente venezolano, pero que él se negó a hacerlo. «Aznar es de la calaña de Hitler» o «es un fracasado fascista», fueron algunos de los calificativos que Hugo Chávez siguió dedicando desde entonces al exjefe del Ejecutivo español.

La llegada del PSOE al Gobierno supuso un acercamiento con Venezuela.

Aunque Hugo Chávez y José Luis Rodríguez Zapatero mantuvieron una actitud un tanto fría las desavenencias no alcanzaron los niveles anteriores.

Un hecho jugó a favor del entendimiento: la venta de material bélico. La industria militar española, muy especialmente la naval, encontró en Hugo Chávez a su mejor cliente. Venezuela adquirió en 2005, doce aviones y ocho fragatas por una cantidad cercana a los 2.000 millones de euros.

Y lo hizo a pesar de las presiones del Gobierno de George W. Bush del PP para abortar la operación. «Es un error monstruoso, es algo que en ningún caso debería hacer el Gobierno de España», manifestó entonces Mariano Rajoy. A pesar de estas declaraciones las tornas no cambiaron con la llegada de los populares al poder. El 18 de julio del año pasado el ministro de Defensa, Pedro Morenés, calificó en el Congreso a Hugo Chávez de «gran amigo de España». Fue antes de hacerse público que durante los primeros seis meses de 2012 Caracas fue el principal cliente de la industria militar española al desembolsar 164 millones de euros, un 26,48% del total.

Las relaciones entre Mariano Rajoy y Hugo Chávez han brillado por su ausencia dado que el mandatario venezolano ha permanecido bajo tratamiento y no ha tenido una agenda internacional activa. Desde el Gobierno se ha mantenido la máxima defendida por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, de mantener una relación de amistad. Y no dudó así en felicitar a Hugo Chávez por su victoria electoral en octubre: «La participación ha sido masiva, las elecciones han sido transparentes, el triunfo de Chávez claro y la subida de la oposición también. Creo que es un buen día para Venezuela».

El rifirrafe entre el monarca y Hugo Chávez en Santiago de Chile quedó marcado para la historia. En sus encuentros posteriores ambos intentaron mantener las formas e incluso bromear con el encontronazo. Don Juan Carlos, durante una visita en Palma de Mallorca en 2008, regaló a Hugo Chávez una camiseta con la famosa frase. Y el presidente venezolano tampoco se quedó a la zaga: «Le he pedido a mi amigo Juan Carlos de Borbón un dinerito por los derechos de autor generados por la frase, ya que fue mérito de los dos, mitad y mitad».

En otra ocasión posterior, dijo del Monarca que es «como dicen los españoles, un tipazo». Aún así Hugo Chávez nunca cerró por completo el choque con el Monarca. «El Rey tuvo la suerte de que no lo oí en ese momento porque si lo hubiera escuchado le hubiera mandado las cargas de la caballería en su contra», dijo en octubre de 2012 el líder sudamericano.