Gran Hermano 14: Giuls, la primera expulsada

La Voz REDACCIÓN

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Gran Hermano 14 encaró ayer su segunda semana de vida con la primera expulsión de la casa. La elegida por el público para abandonar el programa fue Giuls, la terremoto ibicenca que se plantó el pasado lunes en Guadalix de la Sierra con el objetivo de poner patas arriba el reality. Alocada y despreocupada, con un físico que no ha pasado desapercibido, Giuls no sembró entre el público la simpatía que ella esperaba, y, tras solo siete días en la casa, hizo las maletas y regresó a la vida real, con parada previa en el plató de Mercedes Milá.

Se salvaron de la expulsión las otras dos nominadas, su compañera Argi y su inseparable colega Raky, con quien Giuls intimó especialmente dentro de las cuatro paredes de la vivienda de Guadalix. Quizá esto, su intensa amistad con Raky y consecuente separación del resto de concursantes de la casa, o quizá la tendencia que suele imperar en el público de Gran Hermano de expulsar de primera siempre a una mujer, su impulsivo carácter o sus bruscas formas han sido las causas que han catapultado directamente a Giuls desde la sierra madrileña a los estudios de Telecinco.

«Saldrá ella porque es la más guapa, la más libre, la más rubia», este comentario que alguien vaticinó antes de la expulsión y que Mercedes Milá recuperó en plena entrevista con Giuls acabó de derrumbar a la joven ibicenca, que aseguró rotundamente que la última semana había sido la mejor de su vida. Y asumió su responsabilidad. Reconoció frente a las cámaras, mientras sus compañeras regresaban al salón de la casa y se preparaban para recibir al nuevo concrsante, que es una chica «con un carácter un poco peculiar» y que hablando «quizá sea un poquito vasta». «Digo las cosas de una manera muy brusca», indicó.

En cuanto a su percepción sobre la decisión del público de Gran Hermano 14, Giuls confesó que ni ella ni su amiga Raky habían podido centrarse en el resto, lo que podría haber sido un fallo por su parte. Y es que, en la última semana, los espectadores pudieron ser testigos de cómo el grupo inicial que entró en manada en la casa el pasado lunes se fue poco a poco diviendo en dos grandes grupos. Todo un clásico en Gran Hermano. Afinidades, filias y fobias comenzaron a salir a la luz y las nominaciones empezaron a hacer mella en unas personalidades que llegan bien pulidas a la sierra en cada edición, pero que con el paso de los días comienzan poco a poco a minarse. Danny, Kristian, Raky y, hasta ayer, Giuls integraban uno de los bandos. Al otro lado, todos los demas. Lo que muchos achacan al carácter absorvente de las dos íntimas amigas, Igor, sin embargo, lo atribuye a la actitud de Lorena y a su empeño en influir en ciertas personas, con cotilleos y estrategias, y favorecer la escisión del grupo.

En el momento de la despedida, Giuls se dirigió en primer lugar a Raky: «Mi niña cari, cari, te quiero mucho, eres la mejor? Sigue así, no cambies». Danny y Kristian fueron los siguientes, para continuar con Ivan y con los demás compañeros de concurso. El miércoles, la primera expulsada será además la protagonista del debate, que este año presenta Fran Blanco.

Los nuevos nominados

A Giuls le relevó dentro de la casa un nuevo concursante que para su entrada triunfal tuvo que hacerse pasar por dos gemelos. Se llama Edoardo, es fisioterapeuta e italiano, de un pequeño pueblo de Venecia. Su actuación estelar al fingir una segunda personalidad tuvo un premio ayer por la noche: salvar de la nominación a Argi. Así, Igor, Miriam y Lorena pasaron a convertirse en los segundos nominados de Gran Hermano 14.