Herman Melville caza a Moby Dick en Google 161 años después

La Voz REDACCIÓN

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Herman Melville, Moby Dick

El escritor norteamericano Herman Melville inspira un nuevo doodle de Google que celebra el 161 aniversario de la publicación de la legendaria historia de la ballena blanca que inauguró la literatura moderna en Estados Unidos

18 oct 2012 . Actualizado a las 22:44 h.

Herman Melville publicó hace Moby Dick 161 años la aventura de la ballena blanca que inauguró la literatura moderna de Estados Unidos. Para celebrar este aniversario y rendirle homenaje a este escritor norteamericano, Google ha puesto a trabajar su ingenio y ha desarrollado un nuevo doodle en el que se representa a la famosa ballena blanca, conocida como Moby Dick, oculta en el fondo, entre las letras de su logotipo, el cielo y el mar.

Marinero, profesor, granjero, inspector de aduanas e incluso conferenciante, la de Herman Melville fue una vida enigmática y tortuosa, dedicada a viajar y a escribir constantemente. Hace hoy 161 años engendró una de las obras más importantes de la literatura universal, Moby Dick, la historia de la travesía del barco ballenero Pequod en la constante persecución de una gran ballena blanca, símbolo del mal más absoluto, impulsada por el capitán Ahab.

Herman Melville escribió mucho, escribió novelas y cuentos, y ensayos y poesía, pero sobre todo escribió uno de los relatos más legendarios de todos los tiempos. Moby Dick, no solo el inmaculado animal, sino también cada uno de sus personajes, forman hoy parte de la mitología popular, de nuestra imaginación aventurera por defecto, pero no fue hasta principios del siglo XX, en la década de 1920, cuando la obra por excelencia de Melville recibió su merecido reconocimiento. Y entonces, ya era tarde para que Herman Melville pudiese ser testigo de ello. El norteamericano había fallecido en 1891.

Herman Melville nació el 1 de agosto de 1819 en Nueva York y a los 19 años comenzó a embarcarse en viajes recorriendo rincones que le sirvieron de inspiración para su extensa producción literaria. En 1841, Herman Melville viajó a los Mares del Sur a bordo del ballenero Acushnet, punto de inflexión en su vida y germen de Moby Dick, 18 meses de travesía de la que se descolgó en las Islas Marquesas para, sediento de nuevas experiencias, vivir un mes entre caníbales. Como si fuera un personaje de alguna de sus novelas, Herman Melville escapó en un mercante australiano y desembarcó en Tahití, donde pasó un tiempo en prisión antes de regresar a su hogar en Estados Unidos en 1844.

Asentado y dispuesto a emprender una nueva vida, Herman Melville estableció su residencia en Massachusetts, se casó, entabló una estrecha amistad con el también escritor Nathaniel Hawthorne, autor de La letra escarlata, y se dedicó plenamente a escribir. Las primeras novelas de Herman Melville -Typee (1846), Omoo (1847) y Mardi (1849)- están ambientada en su singladura por los Mares del Sur, Redburn (1849) se basa en su primer viaje marítimo y La guerrera blanca (1850) es un fiel reflejo de las experiencias que Melville vivió en el ejército. Un año más tarde, el escritor alumbró Moby Dick. La historia, que va más allá de la trama de aventuras para fundirse en una reflexión metafísica sobre el mal y la condición humana, narra la persecución obsesiva del Capitán Ahab a una ballena blanca a bordo del ballenero Pequod. La venganza desmesurada y obstinada, que empuja al personaje central de la novela a una desesperada búsqueda de su gran enemigo, es el hilo central de Moby Dick, narrada por Ismael, un grumete testigo silencioso de la aventura marítima y de como, en la cruzada a favor del bien y la justicia, el mal se va adueñando del protagonista de la novela.

Después de Moby Dick, Herman Melville no se cansó de escribir. Al contrario. Herman Melville dejó en su extensa bibliografía otras obras que nunca alcanzaron la gloria que consiguió la historia ballenera. El público no entendió del todo Pierre o las ambigüedades, publicada en 1852 y a la que siguieron Israel Potter, en 1855; el libro de relatos Cuentos de Piazza (1856); El hombre de confianza, una de las novelas más infravaloradas y más radicales del siglo XIX; Los cuentos del mirador; John Marr y otros marinos; Billy Budd, marinero (1891); Diario de una visita a Europa; Mediterráneo oriental; La novia del manzano; Diario de una visita a Londres; Fin del continente; Diario de más allá de los estrechos y Cartas.

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