El defensor de Osasuna formó parte de la plantilla del Celta en la temporada del ascesno
19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En la celebración del ascenso del 2012 la afición aclamaba a dos futbolistas para que se quedaran en el equipo de cara al curso siguiente. Eran los cedidos de la plantilla. Aunque en aquel momento los dos regresaron a sus clubes de origen, mientras uno sí regresó posteriormente a la disciplina celeste -Orellana, procedente del Granada-, el otro ya solo lo hizo como visitante. Se trata de Oier Sanjurjo, que ya solo ha regresado a Balaídos como rival y que este domingo volverá a hacerl por segunda vez, la primera en cuatro años.
Oier, de 30 años, ha desarrollado la práctica totalidad de su carrera ligado a Osasuna. Tanto es así que desde que es profesional, su única campaña fuera de Pamplona fue la que pasó como jugador del Celta a las órdenes de Paco Herrera. En aquella temporada fue titular habitual, disputando un total de 34 partidos y formando generalmente pareja de centrales con Andrés Túñez.
Finalizado su periplo celeste regresó al club de su vida, con el que ha vivido prácticamente de todo. Perdieron la categoría en el año 2014 y el pasado verano volvió a ser partícipe de un ascenso. Tanto en la élite como en la categoría de plata, Oier ha sido siempre un habitual con todos los entrenadores que han pasado por la entidad navarra desde su vuelta, un total de siete. Únicamente entre agosto del 2014 y marzo del 2015, con el equipo en Segunda, estuvo parado al sufrir la lesión más grave de su carrera: rotura de ligamento cruzado.
El defensor se reencuentra hoy con Balaídos por segunda vez desde sus años celestes. La primera fue con Luis Enrique en el banquillo celeste. Aquel compromiso terminó con empate a unos (goles de Armnenteros y de Lolo en propia puerta) y Oier salió al campo a los 73 minutos en sustitución de Roberto Torres. De su etapa en Vigo solo quedan en la plantilla los canteranos Hugo Mallo, Iago Aspas, Sergio Álvarez y Rubén, aunque este último defendía entonces la portería del filial.
Osasuna llega a Vigo en una situación límite, como colista con 10 puntos, un solo triunfo y con su tercer entrenador del curso al frente del equipo. En sus filas milita otro excéltico, Oriol Riera, cedido por el Deportivo y que fue futbolista del Celta B, llegando a debutar con el primer equipo; se desvinculó del club vigués en el 2010.