A Xuntanza Celta le ha sido imposible abonar la cuota y ha causado baja esta temporada
01 jul 2016 . Actualizado a las 16:06 h.En un momento de pleno crecimiento del celtismo federado con el récord de peñas en la historia del club, se registraron en la pasada campaña seis bajas. Algunas responden a que ya habían caído en la inactividad, a problemas internos o incluso a diferencias con la Federación. Pero el caso más llamativo es el de Xuntanza Celta Caracas, la peña fundada en Venezuela en el año 2010.
El pasado diciembre se definían en Grada de Río como «una isla celtista en el desierto», pero también como un grupo muy activo que, como confirma su presidente, Serafín Pellón, lo continúa siendo pese a haber causado baja. «Es cierto que no estamos al día con las obligaciones con la Federación, pero es porque aquí tenemos un verdadero problema con el control del cambio monetario y nos ha sido imposible pagar la cuota», revela. Estas dificultades desembocaron en su desaparición como peña oficial, algo que confían en poder solucionar cuanto antes. «Esperamos en algún momento poder regularizar la situación».
Pellón insiste en que Xuntanza Caracas «sigue existiendo como tal y funcionando normalmente», con la salvedad de que no han podido cumplir con el pago estipulado que exige la Federación a todo colectivo celtista que forme parte de ella. «La cuota anual son cien euros, pero no se trata de eso, no es el problema. El tema es que desde Venezuela no hay forma de hacerlo legalmente. En algún momento el socio de la peña que viaje a Vigo podría pagarlo, pero esto traía inconvenientes contables», desgrana. Y añade que «en Venezuela había y hay cuatro tipos de cambio, pero el único que funciona bien es el mercado negro».
La delicada situación que vive el país no ha afectado al celtismo de los cerca de 40 miembros de la agrupación celtista venezolana, sin embargo, Pellón recalca que es imposible vivir ajenos a lo que está sucediendo y que también ha tenido repercusión en la peña en forma de baja en la Federación de Peñas seis años después. «La realidad de este país repercute en todos en mayor o menor medida. Todos estamos afectados por la crisis económica y política que tenemos en pleno desarrollo», finaliza.