Estupor en el celtismo por la expulsión ayer de un socio en Balaídos

La Voz VIGO

ZONA CELESTE

AMADOR DOMÍNGUEZ

La aplicación que se está haciendo de las medidas de seguridad en el estadio está generando un gran malestar entre la afición

03 mar 2016 . Actualizado a las 18:34 h.

Acababa de comenzar el partido ayer en Balaídos frente al Villarreal cuando buena parte del estadio se percató de que algo pasaba en la grada de Río Bajo. Hasta cuatro personas de seguridad habían abandonado su lugar a pie de campo para intervenir contra un aficionado de 50 años, socio histórico, que portaba una bufanda de Celtarras. Un empleado consideró que se trataba de «exaltación del terrorismo» e intervino ante la incredulidad de los celtistas que le rodeaban, que no daban crédito a lo que estaban viendo.

Esa incredulidad, acompañada de un profundo malestar, se ha extendido al resto del celtismo a través de las redes, donde han trascendido imágenes, versiones de testigos y una gran incomprensión por parte de la afición ante lo sucedido. «Fue a cinco metros de donde yo estaba, una auténtica vergüenza. Primero le quitaron una bufanda a un aficionado que estaba tres asientos por detrás de mí y luego al que expulsaron», explica el presidente de la Peña Jorge Otero, Amador Domínguez, que denuncia también que uno de los empleados amenazó con ejercer la violencia mediante su porra ante la negativa inicial del aficionado a entregar la bufanda.

«No medio do incidente, a extralimitación da seguridade privada do Celta ocasionou a caída dun rapaz na grada. E todo por unha bufanda», expresó otro aficionado a través de su cuenta de Twitter. «Cando os abonados arredor se alzaron para defendelo do atropelo que cometía a seguridade do Celta, un vixilante usou sua porra. Era preciso?», se pregunta el mismo celtista.

A raíz de la condena al hecho de ayer, muchos aficionados han transmitido también su malestar por la actuación generalizada que están teniendo los encargados de seguridad en Balaídos. «Dejas de sentirte como un aficionado en su casa de toda la vida y pasas a sentirte un extraño peligroso, por una bufanda, por una cámara de fotos, por una batería externa de un móvil (creen que es una bengala) o por prestar un carnet. Es lamentable», comentó el miembro de Siareiros Alberto Baquero. Otros aficionados han denunciado cómo les pusieron problemas para entrar «con una bufanda de la semifinal de Copa que vendían en la tienda». 

Algunos hinchas comentaban a Grada de Río cómo este tipo de medidas están también influyendo en el hecho de que se resienta la asistencia a Balaídos. «Si mi padre va a con mi carnet de socio, le piden el DNI y no le dejan entrar. Todo son restricciones en vez de facilitar que la gente vaya al fútbol», comentaba el presidente de Irmandiños 1923, Pablo Alonso, en referencia a la imposibilidad de que otra persona de la misma categoría de edad use el carnet de otra. Es otra de las quejas más generalizadas esta temporada.