El juvenil, internacional en las categorías inferiores, está considerado como una de las más firmes promesas celestes
20 abr 2015 . Actualizado a las 10:44 h.Desde hace tiempo está catalogado como una de las joyas de la factoría de A Madroa. A la par que los Santi Mina o Rubén Blanco, pero Yelko Pino (Vigo, 1996) no acababa de explotar. Como si fuera de maduración tardía.
Por eso, del filial regresó a principios de temporada al juvenil A en donde David de Dios, el hombre que mejor le conoce, le ha vuelto a situar en la senda correcta. Yelko, mediapunta con una calidad que no ha pasado desapercibida para las categorías inferiores de la selección española, llevó la manija en la remontada del equipo juvenil hacia el título. Con goles y asistencias, pero sobre todo con juego.
Por eso, certificado el título de Liga, el club ha decidido devolverlo al filial hasta que llegue la Copa de Campeones. El sábado, Toni Otero, el tercer técnico del Celta B y director de cantera celeste, apostó desde el principio por el juvenil, y el mago no defraudó. Marcó el primer gol y dio una asistencia de libro para que Senye anotara el segundo en una contra. Por encima, exhibió una intensidad desconocida hasta el momento. En su vida había recuperado tantos balones.
Datos que confirman el paso adelante de una promesa que hace solo medio año parecía estar en entredicho. Yelko Pino ha vuelto.