Una brújula para el mayor desafío

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Pape y Okay, faltos de rodaje en el Celta, se juegan el puesto de mediocentro defensivo ante el Atlético

21 sep 2019 . Actualizado a las 14:57 h.

¿Pape Cheikh u Okay Yokuslu? Conocer el designado para encargarse del mando de la sala de máquinas es la principal duda del Celta para visitar esta tarde al Atlético de Madrid en uno de los campos más complicados de la categoría y que se le da especialmente mal a un equipo vigués que detuvo el 8 de diciembre del año pasado su contador de victorias a domicilio. El panorama no mejora si se tiene en cuenta que el equipo rojiblanco viene de recibir la primera derrota doméstica y que el miércoles tuvo que reaccionar a balón parado para salvar un punto ante la Juventus en la Liga de Campeones.

Con Fran Beltrán sancionado y teniendo en cuenta la fortaleza física y el juego aéreo del Atlético la decisión no es baladí. Okay es el más defensivo de los dos, pero lleva más de tres meses parado y por tal motivo Escribá le descartó el domingo pasado ante el Granada. Pape todavía no ha debutado como titular desde que volvió en calidad de cedido desde el Olympique de Lyon pero sí tuvo minutos en dos partidos y su activación parece superior a la del otomano. A priori el senegalés formado en el Celta parece gozar de cierta ventaja. «Los dos están perfectos para competir, Pape también va bien de cabeza», se limitó a decir Escribá sobre el asunto.

Sea quien sea el elegido, tendrá que trabajar a destajo ante un equipo muy físico, capaz de competir como un pequeño, pero con la calidad de un grande y sobrado de talento. Quizás la mejor plantilla de la liga a ojos del entrenador celeste. Los hechos parecen darle la razón a Escribá ya que los relevos desde el banquillo se están convirtiendo en el arma letal de los rojiblancos. El último ejemplo, el gol de Herrera, una estrella mexicana fichada el pasado verano desde el Oporto, en donde fue capitán.

El Celta, que además del mediocentro solo tendrá la novedad de Araujo en el centro de la defensa tras un efímero paso de 10 minutos por el banquillo, acude al Metropolitano con el estigma de la historia. Desde el último partido de la temporada 06/07 (la del descenso) no gana en el campo del Atlético, lo que unido a la fiabilidad colchonera como locales -no pierden en casa desde febrero en el derbi con el Real Madrid- y a la racha actual de los célticos, invitan a pensar en una complicación suprema para un equipo que con cuatro puntos necesita sumar para hacer realidad su deseo de firmar un buen año.

Para conseguirlo el entrenador anuncia un equipo valiente que busque el partido, una declaración que también se dio antes de viajar a Sevilla, en donde los célticos terminaron empatando pero después de ser zarandeados por los hispalenses durante la primera media hora de juego.

En teoría el Celta quiere igualar el esfuerzo colchonero y jugar sus bazas con un centro del campo creativo y un ataque en donde la sociedad Aspas-Mina debe tener su primera oportunidad real después del simulacro del pasado domingo por mor del VAR, una circunstancia que los célticos quieren dejar a un lado cuanto antes.

Como el Atlético su traspié de Anoeta y los seis goles encajados, a razón de dos por partido, en las tres últimas citas, dos de ellas en el Metropolitano. Simeone podrá en el campo a un once casi idéntico al del miércoles en Champions con la duda de Thomas Partey que se retiró con molestias. Si falta el pulmón ghanés Diego Llorente sería su sustituto.

Una batalla desigual a la que en absoluto renuncia el Celta. Con Pape u Okay como mediocentro defensivo.