La afición apunta a Mouriño

m.v.f. VIGO

GRADA DE RÍO

Lavandeira jr

Un sector del público pidió ayer en Balaídos la dimisión del presidente

17 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas veces en los doce años que lleva al frente del Celta ha tenido el presidente Mouriño la contestación por parte de la masa social del club que ha recibido en la última semana. Los gritos de ayer de «Mouriño, dimisión», sumados a las protestas por el hecho de que la sede acogiera el jueves un acto del PP, dejan al máximo accionista del club en una situación complicada. El amago de venta a un grupo inversor chino y las disputas con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, por la ciudad deportiva y el estadio de Balaídos han sido el caldo de cultivo para un rechazo que parece ir en aumento.

Ayer en Balaídos los silbidos a Mouriño se pudieron oír por primera vez tras el segundo gol del Levante, en el momento en que su imagen aparecía en videomarcadores, aunque no dieron la impresión de ser generalizados. Fue tras el 0-3 cuando en Marcador comenzó a corearse el cántico solicitando la marcha del presidente, que fue seguido por aficionados de todas las gradas y pudo percibirse perfectamente mucho más allá de ser una manifestación aislada.

La oposición a Mouriño, cuya labor al frente del club en el aspecto económico y deportivo nadie discute, ha ido en aumento en los últimos tiempos. Ya hace casi dos años, en el último partido de Berizzo, se habían escuchado gritos contra él, pues precisamente la decisión de prescindir del técnico argentino es para muchos uno de los grandes lunares de su gestión.

Durante el partido de ayer, la crispación se apoderó del público a medida que los goles subían al marcador y vivió un momento álgido con la expulsión de Boucebouz. Después, incluso se celebraron con ironía los últimos goles rivales y el penalti intrascendente con el que Brais maquilló el resultado para volver a recibir gol de inmediato.