El excéltico Michu dice adiós al fútbol a los 31 años

Daniel Panero COLPISA

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El jugador se retira lastrado por las lesiones

17 jul 2017 . Actualizado a las 19:40 h.

El excéltico Miguel Pérez Cuesta 'Michu' cuelga las botas. El delantero dice adiós al fútbol con solo 31 años después de que las continuas lesiones de tobillo hayan impedido rendir al nivel que un día demostró en la Premier League al que fue jugador del Celta entre el 2007 y el 2011, jugando primero en el filial y después en el primer equipo.

El lastre de las lesiones le llevó a jugar en Tercera hace dos años y a ser un suplente habitual en el Real Oviedo, club en el que siempre se quiso retirar. La carrera de Michu tiene un antes y un después de la lesión que sufrió con el Swansea en la temporada 2013-14. Hasta ese fatal desenlace, el delantero de Oviedo era un jugador importante. Su buen papel en el Celta y en el Rayo le habían llevado a volar rumbo a Gales para enrolarse en un Swansea ambicioso, dispuesto a romper con la historia y lograr su primer título, una identidad que se ajustaba como un guante a un futbolista ansioso por demostrar que podía estar entre los mejores arietes de Inglaterra.

En el Swansea y de la mano de Michael Laudrup, un técnico que apostó por él y le conocía de su paso por España, sacó a relucir todo el fútbol que llevaba dentro. En la mejor temporada de su vida, la 12-13, anotó 22 goles en 43 partidos, ganó la Copa de la Liga y comenzó a llamar a golpes a la puerta de la selección. Tanto ruido armó que Vicente del Bosque hizo realidad su sueño y le convocó en octubre para los partidos ante Bielorrusia y Dinamarca.

Estaba en el mejor momento de su carrera, pero todo se truncó en noviembre de 2013. El calvario comenzó con una lesión de rodilla, siguió con problemas en el tobillo y degeneró en ausencias reiteradas con el club de Gales -solo jugó siete partidos en sus dos últimos años en el Swansea-. Buscó minutos en el Nápoles, pero no los encontró y comenzó a asumir su adiós en el Langreo, cerca de casa, en la Tercera. Su último aliento lo ha dado en el Real Oviedo, el club con el que siempre soñó con jugar en Primera y al que no le pudo ofrecer su mejor fútbol. Las lesiones se lo impidieron.