El Celta arranca con mucho balón

Lorena g.c. / míriam v.f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

MARCOS CANOSA

Unzué contó con 17 jugadores del primer equipo y cuatro del filial en su primer entrenamiento

11 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con 50 minutos de retraso sobre la hora prevista, un par de ausencias y algunas caras nuevas. Así fue la primera sesión de trabajo del Celta 2017/18. Juan Carlos Unzué regresó a A Madroa, pero esta vez para ejercer de entrenador, y contó en su primera sesión de trabajo con 17 futbolistas del primer equipo -Sergio, Mallo, Roncaglia, Sergi Gómez, Fontás, Cabral, Costas, Pape, Jozabed, Wass, Borja Fernández, Radoja, Álex Lopez, Sisto, Hjulsager, Beauvue, Maxi Gómez- y cuatro de la base -Iván Villar, Diego Alende, Brais Méndez y Diego Pampín-. Con ellos estuvo en el vestuario un Iago Aspas que participó en la charla previa, pero que luego trabajó en el gimnasio, ya que no está citado hasta la próxima semana. Dejan Drazic y Josep Señé, próximos a salir, fueron las grandes ausencias del primer entreno del curso.

Tres cuartos de hora de charla y presentaciones fueron el punto de partida del nuevo proyecto celeste. El presidente, Carlos Mouriño, fue uno de los que tomó la palabra para alentar a los jugadores e insistirles en la idea de que «no nos ponemos metas, pero tampoco límites». Unzué aprovechó para desgranar su idea y luego salieron al césped. Junto al navarro estaban Robert Moreno, segundo entrenador; Rafel Pol, preparador físico; Nando Villa, entrenador de porteros; Aitor Unzué, hijo del técnico y analista, y Joaquín Valdés, psicólogo. Entre todos dirigieron una sesión que tuvo como gran protagonista al balón. De la pretemporada extremadamente física y cargada de aparatos de la era Berizzo se ha regresado al modelo Luis Enrique, en el que la pelota es el mejor camino para la puesta a punto.

Robert Moreno, pizarra en mano, fue el encargado de describir cada tarea sobre el césped. Primero, un cuarto de hora de rondos con el equipo dividido en dos grupos; luego un ejercicio de pase que acababa con flexiones y más tarde trabajo de presión y pase en el que Unzué no dudó en dar explicaciones aparte al debutante Maxi Gómez y a Sisto.

Y como colofón a la primera mañana de pretemporada, un amago de partidillo con los futbolistas distribuidos en dos equipos de diez y con Daniel Wass de hombre libre. Un ejercicio en el que Diego Alende, Pampín, Roncaglia y Mallo se repartieron los laterales y en los que se pudo entrever el primer gran cambio de la era Unzué. La defensa en zona tomará el relevo del marcaje al hombre que promulgaba el Toto Berizzo.

Marcos Canosa

Sin Drazic ni Señé, pero con Álex López

Dejan Drazic y Josep Señé fueron los grandes ausentes de la primera sesión de trabajo del curso. El extremo serbio y el centrocampista ofensivo catalán están próximos a salir del club y ayer ya no se presentaron al arranque de la pretemporada. De hecho, Drazic continúa disfrutando de sus vacaciones a la espera de nuevo destino.

El director deportivo vigués, Felipe Miñambres, confirmó la semana pasada que estaban a la espera de cerrar la cesión del extremo, que las negociaciones estaban muy avanzadas y que podía ser cuestión de horas. En el caso de Señé, el jugador no cuenta en los planes de Unzué y también se le busca una salida. Hace unos días se había apuntado al Zaragoza como posible destino para el futbolista.

Álex López entrenó

El que sí se presentó en A Madroa fue Álex López. El centrocampista ferrolano dejó claro que quería ponerse a las órdenes de Unzué para pelear por un puesto en el Celta y ayer trabajó con total normalidad junto al resto de sus compañeros. Al finalizar la sesión, mientras la plantilla se duchaba en los vestuarios, Álex subió a las oficinas que el club tiene en la grada de A Madroa, donde también estaba Unzué, y bajó al cabo de unos minutos sin desvelar si continuaría o no en el equipo. Tiene dos años más de contrato, pero el preparador no cuenta con él, por lo que la rescisión podría ser el camino.