La compra tras cesión, garantía de éxito en el Celta

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

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Jozabed se suma a una lista que integran otros como Orellana, Canobbio o incluso Karpin

07 jul 2017 . Actualizado a las 09:49 h.

El Celta ha contado a lo largo de su historia reciente con muchos jugadores cedidos a los que le hubiera gustado tener en propiedad. Con algunos de ellos lo consiguió, una lista a la que ahora se suma Jozabed Sánchez. Los precedentes dicen que siempre que el club vigués ha hecho una apuesta de estas características, ha acertado. Fue el caso incluso de algunos grandes nombres de la historia del club como Karpin o Revivo. Pero hay muchos más.

Oscar Vazquez

El ejemplo inmediatamente anterior en el tiempo al de Jozabed es Fabián Orellana. Aunque en su caso hubo que esperar bastante más para tenerle de vuelta. Se sumó al proyecto celeste como cedido para la temporada 2011/2012 en la que el chileno, prestado por el Granada, fue clave para lograr el objetivo. La afición pidió desde el minuto uno su continuidad, pero esta se hizo de rogar hasta el mercado de invierno del año siguiente, cuando regresó para emprender una etapa que empezó y terminó con sombras, pero que entre medias tuvo muchas luces.

Aunque su caso es diferente, también Gustavo Cabral fichó por el Celta fruto de una operación que en su momento se anunció como una cesión. El todavía jugador del equipo, y uno de los capitanes en las últimas temporadas, aterrizó en el conjunto vigués procedente del Levante en el verano del 2012 como cedido por dos temporadas por el Arsenal de Sarandí. En el 2014 una larga negociación del conjunto vigués con el fondo de inversión que tenía los derechos del central argentino permitió que el club se hiciera en propiedad con él, que tiene contrato en vigor.

Todavía con el Celta en Segunda, el Almería decidió prestar a David Rodríguez al club vigués en el curso 2008/2009. Al año siguiente sí jugaría ya en el conjunto andaluz, con el que debutó en Primera anotando un gol en nueve partidos. Ese verano hizo de nuevo las maletas rumbo a Vigo, donde fue un futbolista importante en las dos temporadas previas al final de la travesía de los vigueses por la categoría de plata. Ante la falta de oportunidades con el Celta en Primera fue cedido al Sporting y acabó descinvulándose. Tras tres años en el Alcorcón, acaba de fichar por Osasuna. 

Matías Lequi es otro de los jugadores que llegaron al Celta con un vínculo de cesión. Fue en el 2005, cuando el central argentino pertenecía al Lazio. Los celestes se reservaron una opción de compra y la ejercieron de cara al curso 2006/2007. El defensa siguió así en el equipo dos temporadas más, ambas en Segunda. En ese mismo mercado llegó Jorge Larena, que tras su cesión estaría en Vigo otros dos años.

Oscar Vázquez

En agosto del 2004 el Valencia permitió la incorporación por un año de Fabián Canobbio, que sin embargo defendería la camiseta del Celta durante un total de cuatro campañas. El uruguayo se convirtió en celeste estando el club en Segunda, pero jugó un rol fundamental para el ascenso de ese año y la entidad se marcó como prioridad en el verano del 2005 hacerse con él en propiedad, lográndlo. El traspaso se cifró en dos millones de euros y el compromiso era por cinco temporadas de las cuales cumplió tres, marchándose al Valladolid al acabar el curso 2007/2008.

En el año 2002 fue Sebastián Gallego Méndez, quien fichó por el Celta a préstamo por un año y con opción de compra. Aunque esta no se ejerció, porque el club no estaba dispuesto a pagar a Vélez los cuatro millones y medio que establecía inicialmente el acuerdo, ambas entidades negociaron y el argentino acabó jugando de celeste hasta el 2006.

MANUEL QUEIMADELOS

Peter Luccin es otro de los que podía haber pertenecido al equipo durante un solo año, pero al final se quedó dos más. Fue el PSG quien prestó al Celta en el 2001 para que viviera su primera experiencia en la Liga española. Aquella etapa se prolongó durante tres temporadas al ejercer los celestes la opción de compra que recogía aquel contrato.

Dos grandes nombres propios del Euro Celta de finales de los 90 también figuran en esta lista. Son Karpin y Revivo. El israelí inició su etapa celeste en 1996, para que al verano siguiente el Celta abonara al Maccabi Haifa los 250 millones de pesetas en que se había cifrado la opción de compra para que el jugador pasara a pertenecer a todos los efectos a la disciplina céltica. El proceso fue muy parecido, aunque un año más tarde, con el estonio. El Valencia, en el que había militado la campaña anterior, le prestó para el curso 1997/1998 y al año siguiente pasó a ser propiedad de la entidad viguesa.

La primera de las dos temporadas en las que Óscar Vales vistió la camiseta del Celta lo hizo perteneciendo al Athletic de Bilbao. Este tenía una opción de recompra de 150 millones de pesetas y, en caso de no ejercerla, el jugador pasaba a ser céltico en propiedad a cambio de 100 millones, que fue lo que ocurrió. Aunque el contrato pasaba a unir a las partes por tres temporadas más, Vales solo cumplió una antes de regresar al Athletic Club.

Anteriormente, jugadores como Desio y Aguirretxe habían protagonizado capítulos similares, con compras después de haber estado a préstamo.