Mouriño presenta sus condiciones para que el Celta siga en Balaídos

L. G. C. / M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CeltaMedia

El presidente se muestra dispuesto al diálogo, pero marca como imprescindibles el aparcamiento, la gestión de los locales comerciales y una solución para las inundaciones, entre otros

05 jul 2017 . Actualizado a las 01:14 h.

Carlos Mouriño ha abierto la puerta a que el Celta no se vaya de Balaídos. No ha sido de par en par, sino con una batería de condiciones amplia y exigente, pero que supone un avance respecto a la postura inamovible que el presidente céltico mantuvo en los meses anteriores. Ayer, en un discurso enviado a través de los medios del club, se declaró «en la mejor disposición al diálogo», expuso cuáles serían las condiciones del Celta para aceptar una propuesta de concesión del Ayuntamiento, pero también dejó muy claro que el futuro del club lo dirige el club. «Nos extraña que alguien totalmente ajeno al Celta pueda decir que el Celta va a seguir jugando en Balaídos 50 o 100 años, me parece que no corresponde», lanzó como recado a Abel Caballero.

En el Celta continúan a la espera de que el Ayuntamiento tome la palabra y ponga sobre la mesa su propuesta, pero por delante Mouriño Atanes ya avanzó que para que el club «aceptase una concesión, se tendrían que recoger todos, absolutamente todos, los puntos» que han establecido desde que lanzase su intención de comprar el estadio. Una serie de exigencias que recordó ayer. «Esto es, grosso modo, que el estadio tuviera un aparcamiento, que pudiéramos aprovechar los locales comerciales, que se recogieran las aguas de las inundaciones y que una vez aprobados los proyectos no se puedan modificar sin la autorización del Celta».

También considera imprescindible que el estadio «sea lo más cómodo posible para los aficionados, que le pongan los ascensores que deben para que el aficionado no tenga que subir el primer y segundo piso en ascensor y el resto a pie. Que las distancias entre asientos sean correctas para que haya comodidades», y además, cuestiones tan fundamentales como un sistema de iluminación adecuado. En este sentido, Mouriño recordó «los problemas muy graves que tuvimos el año pasado con la UEFA y que no trascendieron al público».

Papeles, no solo promesas

El máximo accionista del Celta tiene claro que a estas alturas no le valen promesas. Si el Concello quiere que el equipo siga jugando en Vigo, tendrá que poner negro sobre blanco todos los acuerdos. «Todo eso se tendría que recoger en ese tipo de concesión, que yo no sé cuál es a día de hoy ni sé si se va a recoger o no, pero, aparte de eso, y por experiencias anteriores, si eso es lo que se propone, tendría que venir acompañado de una parte jurídica y legal que nos diera la tranquilidad del futuro. Ese proyecto está más o menos para hacerse en tres o cuatro años para que no hubiera retrasos en el cronograma de la obra». Es decir, el Celta exige que todos los acuerdos queden por escrito y una hoja de ruta para evitar que se alteren los tiempos, sobre la que tenga el control.

«En el documento legal tendrían que recogerse qué partidas se van a usar, en qué tiempos, en qué plazos, qué cantidades para cada cosa. Qué penalizaciones habría para el que fuera responsable de los retrasos», insistió Mouriño, que busca s garantías para poder enfocar el futuro con tranquilidad. «Porque este retraso que llevamos, este tiempo que hemos perdido, no podemos volver a perderlo si eso no sale como nosotros pedimos, y todo el trabajo que hay detrás para realizar la ciudad deportiva y el estadio en otros ámbitos del área metropolitana, todo ese trabajo se perdiera por que no consiguiéramos hacer un documento que nos diera las suficientes garantías».

La ciudad deportiva

A pesar de que lo expuesto por el presidente céltico, parece una propuesta de máximos, asegura que «dentro de eso creemos que podemos llegar a muchos acuerdos, no somos pesimistas ni mucho menos, al revés. Creemos que estamos en la pauta para llegar a grandes acuerdos», y aseguró que en sus encuentros con los grupos municipales del PP y Marea había visto buena predisposición. «El grupo popular estaba por la concesión del estadio con todos los requerimientos que el Celta quería y el grupo de Marea, teniendo licencias sobre los importes que se podrían usar, también proponía una concesión». De ahí que apele al trabajo conjunto y eficaz. «Si todo el municipio y todas la corporación está con esa idea, poder trabajar para llevarla adelante y complementarla, porque es el momento ideal de complementarla con la ciudad deportiva para que no haya ni ganadores ni perdedores, sino que el que gane sea la ciudad de Vigo y sean los celtistas». Mouriño es partidario de dejar atrás todas las polémicas de un tema «muy manoseado».

El club ha registrado 1.312 altas de nuevos socios

El futuro del Celta en relación con el estadio de Balaídos copó el grueso de la intervención de Carlos Mouriño en Celta Media. Sin embargo, el presidente también avanzó algunas cuestiones de carácter deportivo y otras del ámbito económico, como es la cifra de nuevos abonados que se han registrado hasta el momento. 

Según detalló Mouriño Atanes, en la campaña de abonados a fecha de ayer se habían cerrado 1.312 nuevas altas, «Tenemos muy buena respuesta en la renovación de los socios y un dato que consideramos que podemos adelantar. Sin poder notificar todavía el número de bajas, podemos decir que a día de hoy tenemos 1.312 nuevos socios», desgranó el mandatario céltico.

El presidente vigués hizo un repaso somero a la situación financiera de la entidad señalando que «estamos solventes, estamos bien, seguimos con buenos números que nos dan muchísima tranquilidad y estamos en un momento que podemos afrontar todos los proyectos que tenemos por delante».

Final de la campaña

Precisamente ayer finalizó el plazo dado por el Celta para que los abonados que renovasen su carné o para que los aficionados que tramitasen nuevas altas lo hicieran con descuentos.

El club anunció además que la oficina de abonados en Balaídos permanecerá cerrada desde este miércoles y hasta el lunes para realizar labores administrativas y logísticas. El lunes volverá a abrirse, pero ya fuera de la campaña de descuentos.