Un error tan grande como difícil de entender

Xosé R. Castro FONDO NORTE

GRADA DE RÍO

21 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dudo mucho que exista en el planeta fútbol un entrenador tan perfecto para el Celta como el Toto Berizzo. Por lo que ha demostrado sobre el campo, por su cercanía con todo el celtismo, por su comportamiento, por su compromiso con un escudo y sobre todo, por ser un hombre de club. En todo momento el argentino ha estado al lado del presidente y de sus ideas. Avalando sus tesis en el contencioso del estadio y dando la cara por el Celta siempre que fue requerido. De hecho, en más de una ocasión, y ante los silencios prolongados de la cúpula celeste en todos los temas, acabó ejerciendo de portavoz.

Por todo esto llama especialmente la atención que el Celta no explotara todas las vías para que Berizzo continuase en Vigo. Porque si algo quedó claro en la despedida fue que el Toto lo puso todo para quedarse y la respuesta del club, más que tibia, resultó helada, sin el más mínimo guiño. Como si la marcha del entrenador que ha liderado al equipo hacia las más altas cotas no tuviese la menor importancia.

Porque resulta difícil pensar que las peticiones del argentino ponían en riesgo el proyecto. Ni por los salarios ni por la inversión deportiva. Lo único que estaba sobre la mesa era seguir creciendo. Dar un salto más para convertir al equipo en un fijo en Europa, algo que además tendría contrapartidas económicas.

Con Berizzo, además, se marcha una idea de juego tan peculiar como reconocida por todos, y se cierra el mejor ciclo que ha vivido el Celta en mucho tiempo. Y puede que con el Toto también se marche la comunión idílica de todos los estamentos. Su salida suena a golpe bajo para el celtismo.