¡Exchange Square fue celeste!

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo MÁNCHESTER

GRADA DE RÍO

Óscar Vázquez

Durante unas horas el punto de encuentro de la afición desplazada fue la capital del celtismo

12 may 2017 . Actualizado a las 20:04 h.

Exchange Square fue capital del celtismo. Al menos, durante unas horas. La afición desplazada a Manchester conquistó la céntrica plaza vistiéndola de celeste, cantándole la Rianxeira y cautivando hasta a la afición rival. «Es una experiencia increíble», comentaba el irlandés Gary mientras se fotografiaba junto a sus amigos en medio de la marabunta céltica. «¡Se nos queda pequeña la plaza!», proclamaba Santi, de la peña Natxo Insa, en medio de la farra.

La marabunta céltica se había citado a las dos de la tarde, pero a mediodía ya no cabía un alfiler en medio de los bares y cafeterías de Exchange Square, por los que fueron rotando sin parar unos y otros. Celtistas llegados de toda Galicia, del resto de España, de América... «Veño dende Polonia. Fun en coche ata Berlín e despois en avión, estou emocionado», confesaba otro de los centenares de seguidores.

Aunque el sol radiante que brillaba sobre Mánchester invitaba a que corriera la cerveza, en la plaza también había familias, niños pequeños que vivían con los ojos bien abiertos todo lo que sucedía alrededor. Para ellos había sonrisas especiales, como las que ponían en forma de pegatinas los agentes de policía encargados de velar por la seguridad en la plaza. «Son sonrisas de la amistad. Aquí estamos para que todo marche bien, que el ambiente sea estupendo», comentaba el policía Lee con gesto afable poco antes de dejar que uno de los pequeños celtistas se hicieran fotos con su gorra.

Pelucas celestes, faldas escocesas, bufandas, banderas... Todo atrezzo era válido y acorde al barullo. Porque los decibelios en el centro de Manchester subían sin cesar. La Rianxeira y cuanto himno reverbera en Balaídos, ayer se escuchaba en territorio británico. «La vez pasada tenía la letra en el movil para cantar», contaba entre risas el mexicano Miguel Miranda, un celtista que no dudó en cruzar el atlántico para vivir un momento único. «Este sentimiento de unión es increíble», confesaba emocionado. También del otro lado del charco llegaba el neoyorkino Daniel Clemente que hacía apenas unas horas que había recogido su entrada en las taquillas de Old Trafford. «¡É que isto é histórico!», insistían unos y otros mientras muchos aseguraban que jamás habían vivido algo similar.

En aquel momento, en plena ebullición, todo el mundo confiaba en que llevarían su fiebre celeste hasta Solna. No pudo ser, pero la gran imagen que la afición celeste ofreció en Exchange Square se repitió en Old Traffor durante y tras el partido. Cuando el adiós a la Europa League fue un hecho, los seguidores del Celta tomaron la palabra y demostraron a grito en voz lo orgullosos que estaban de su equipo.