La corazonada del «centolo» ruso

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M. TOURIÑO

Sergey Klepalov, celtista de Ekaterinburgo, vaticinó un duelo con el Krasnodar antes de la eliminación del Shakhtar

14 mar 2017 . Actualizado a las 11:45 h.

Era seguramente un deseo o un intento de animar a sus amigos, pero acabó siendo una corazonada. El celtista ruso Sergey Klepalov, miembro de la peña viguesa Centolos Celestes, escribió en el grupo de WhatsApp de esta agrupación tras la eliminación de Copa: «Vamos a mirar al futuro, chicos, la vida no se termina. Pasamos al Shakhtar y nos vemos en Krasnodar». Y se cumplieron las dos premisas, no solo la de dejar fuera a los ucranianos -reto en aquel momento nada factible- sino también la del siguiente rival.

«Para mí es un premio, un orgullo y una oportunidad para que mis compatriotas recuerden al equipo donde jugaba el mejor futbolista que ha dado este país», comenta en referencia a Alexander Mostovoi. Si por algo se conoce en Rusia al equipo vigués, es por el vínculo con el conjunto que tuvieron el Zar y Karpin. «Justo antes del partido de ida se estrenó el documental», celebra sobre el proyecto del canal Match TV en el que él mismo colaboró como asesor en calidad de aficionado al Celta que se convirtió gracias a esos dos nombres propios -sobre todo al diez, recuerda-.

Sergey ha visto al Celta en Balaídos y un par de veces en el Camp Nou. Nunca en su tierra. «Cuando el Spartak, en el 2007, estaba fuera de viaje y fue imposible. Contra el Zenit tampoco pude ir a San Petersburgo por causa de una enfermedad grave de mi hija», recuerda con amargura. Por eso en esta ocasión estaba dispuesto a viajar aunque no hubiera sido un rival ruso. «Me lo había planteado, pero el Krasnodar era mi favorito. Va a ser especial recibir en mi país a amigos de Vigo, será inolvidable. Aparte de que disfrutaremos el partido en uno de los mejores estadios de Europa».

Siguió el sorteo en directo con nervioso que pronto se transformaron en una alegría inmensa, ya que el destino del Celta no se hizo esperar. «La primera bola fue la nuestra, ¡y luego Krasnodar! Lo celebré con locura, con abrazos con mi pobrita esposa. Luego con una gran cena con mucho vino y montones de WhatsApps de la peña», rememora entre risas. Y eso que como conocedor del fútbol ruso y del rival, se muestra muy cauto. «Si vuelven Kabore, Kaleshin y Smolov, sus lesionados, será muy duro. Pero tenemos un poco de ventaja al valernos empatar con cualquier resultado y ojalá la podamos aprovechar».

Pero que haya tocado un rival ruso no significa que el viaje sea corto para Klepalov. Su esposa y él parten mañana de su ciudad, Ekaterinburgo con avión a Sochi, a 2.500 kilómetros. «Allí pasaremos la noche en casa de la hermana menor de mi mujer y el día del partido por la mañana vamos de Sochi a Krasnodar -300 kilómetros- en tren». Tras el partido pasarán la noche en Krasnodar. «El viernes queremos decir al equipo hasta pronto en su hotel antes de emprender el viaje de vuetla. En total serán unos 6.000 kilómetros». Un «hasta pronto» porque Sergey está convencido de reencontrarse pronto con el Celta. Si no es en Europa, él se encargará de que sea en Balaídos.