«Nos sentimos estafados por el Celta»

La Voz VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Socios de Río Alto fueron desalojados de sus asientos para colocar a aficionados del Shakhtar

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El celtismo salió decepcionado el jueves de Balaídos por la derrota, pero para algunos el disgusto había comenzado antes. Un grupo de abonados de Río Alto vieron cómo aficionados del Shakhtar ocupaban sus asientos. A algunos les avisaron desde el club 24 horas antes, a otros el mismo día e incluso los hay que aseguran que ni siquiera se lo llegaron a comunicar y que lo supieron al llegar al campo o porque otros conocidos de asientos cercanos se lo hicieron saber. La entidad alegó que la UEFA dispone del estadio durante estos partidos y que les urgieron liberar esos lugares. Algunos afectados preguntaron si recibirían al menos una compensación; la respuesta fue negativa.

Para parte de esos socios no es el primer incidente de la temporada. A las quejas por la suciedad de las butacas -extensibles a todo el campo y que ya prácticamente se asumen con resignación- se suma que varios de ellos se habían visto perjudicados por las vallas publicitarias que impedían la visión de medio campo y otros ya habían sido movidos de sus asientos al inicio de la temporada. «De los cuatro partidos de Europa League solo vi uno en mi sitio, el del Standard. Con el tema de las obras en Tribuna podía ser comprensible, pero es que ahora no hay excusa», valora un abonado de más de 25 años de antigüedad al que volvieron a recolocar el jueves.

A los que recibieron la llamada telefónica se les urgió a que acudieran cuanto antes a las taquillas porque a medida que pasara el tiempo las posibilidades de acceder a una localidad con buena visibilidad se irían reduciendo. Fue lo que le transmitieron a Jesús Pereiro en la misma mañana del jueves. «Yo estaba en Lugo y te dicen que vayas cuanto antes, que tu sitio está ocupado. Preguntas que cómo y te responden que es así. Te sientes estafado», lamenta. Además, se dieron casos de celtistas que iban juntos con asientos contiguos y a los que no se les podían ofrecer butacas pegadas a no ser que se situaran en los laterales de Río, las zonas con peor visión. 

Entre la incredulidad y el enfado

«Colles un cabreo incrible. Ao final chegas alí e o partido xa che importa un bledo», cuenta Antonio Outomuro, que se desplazaba desde Ourense y que no recibió comunicación del club. «Tiña unha chamada perdida que non puiden atender e que polo que me dixeron despois outros compañeiros socios debía de ser deles; pero só unha, nin sequera o volveron intentar», añade. Con José Ramón Santomé contactaron a menos de 24 horas vista del partido. «Piensas que están de coña. Y ya cuando vas a ver el partido sabiendo que no puedes estar con la gente de siempre, que pagaste por ese asiento y que no te compensan de ninguna manera, te indignas. Se pueden hacer las cosas con tacto, hay mil maneras», apunta.

Se da la circunstancia de que estos celtistas han conseguido tener acceso a esos lugares -los más centrados de la grada- a base de antigüedad, de «fidelidad al club», como ellos reivindican. Llevan renovando temporada tras temporada al menos desde los años de Segunda. «Me siento engañado. Es como si tú pagas por un jersey caro y te lo cambian por uno barato. Por si fuera poco les dijimos al llegar que si no nos podían dar entradas de Tribuna, que siempre hay sitio y la respuesta fue reírse a carcajadas», cuenta Pereiro con decepción.

Santomé recuerda, además, que también hubo socios de edad avanzada que se vieron afectados, «con el incordio añadido» que supone para ellos. «Hay una grada visitante para los aficionados de fuera y tú pagas por un sitio. La vez anterior que nos cambiaron nos dieron una bufanda a cambio y a unos abonados que querían poner una reclamación les dijo la persona que atendía que 'por bordes' ni eso. No es manera de tratar al abonado».

Pereira está convencido de que «si lo hacen es porque pueden» y por eso no se plantea ninguna queja formal. «Sería inútil, seguro que firmamos algo en la letra pequeña que les permite actuar así. Otra cosa es la consideración al socio y a sus circunstancias, que no se tienen en cuenta para nada», denuncia. En la misma línea se expresa el abonado más antiguo, que recuerda el importante papel de la afición. «Ya sé que con mi abono no le pago el sueldo a Aspas, pero sin afición el fútbol se muere y por eso deberían cuidarnos en vez de poner trabas».

Los cuatro coinciden en que de haber sabido esto hubieran valorado la opción de no escoger el abono total, sino pagar por el que no incluía los partidos de Europa League que finalmente no han podido disfrutar en los asientos por los que pagaron. «Tengo televisión en casa, así que me hubiera cogido unas patatas, unas olivas y una cerveza y los veía sin pasar frío. Estamos hasta las narices de que nos traten así», señala el aficionado de 25 años de antigüedad. No se plantean no renovar la próxima temporada tras lo sucedido, pero entenderían que hubiera quien tomara esa decisión. «En este tiempo ya hemos visto pasar a muchos impresentables y aquí seguimos». 

Aficionados lusos del Shakhtar

Algunos de ellos incluso se acercaron a hablar con los aficionados del Shakhtar Donetsk, pudiendo comprobar por sí mismos que eran lusos. «Al principio pensamos que cómo se parecía el ucraniano al portugués», bromea Outomuro. Ellos mismos les relataron que eran familiares del cuerpo técnico, formado íntegramente por portugueses, y que les habían facilitado las bufandas y demás distintivos del Shakhtar.