Hinchas visitantes ocuparon butacas de socios

La Voz

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Una veintena de aficionados del Shakhtar de nacionalidad portuguesa se hicieron oír desde antes de comenzar el partido

17 feb 2017 . Actualizado a las 11:42 h.

La parte central de la grada de Río Alto se tiñó ayer de naranja. Un sitio con dueños celestes -abonados de esa grada a los que se les impidió ocupar sus asientos- cambió de color para dejar espacio a una veintena de aficionados del Shakhtar de nacionalidad portuguesa que se hicieron oír desde antes de comenzar el partido. Animados y ruidosos, aclamaron a los suyos a la salida de vestuarios y luego tuvieron oportunidad de festejar el gol visitante.

El conjunto de Donetsk guarda actualmente una estrecha relación con el país vecino, circunstancia que le sirvió a los ayer visitantes para contar con apoyos en Balaídos. Aparte de que buena parte de la plantilla son de nacionalidad brasileña, el cuerpo técnico al completo está formado por portugueses. Tal es la importancia de la afición lusófona del equipo que aparte de en ucraniano y en inglés, su página web está disponible en portugués.

La presencia de estos hinchas del equipo ucraniano ya no cogió de sorpresa a muchos este jueves, pero sí en las horas previas al partido. Fue entonces, en la víspera e incluso en el mismo día, cuando los socios afectados recibieron la llamada telefónica del club para indicarles que tendrían que desalojar sus butacas habituales, que serían ocupadas por los invitados. Incluso se les instó a acudir cuando antes a las taquillas para recoger entradas de una nueva ubicación. La explicación que se les ofreció es que la UEFA había solicitado más butacas con solo ese tiempo de antelación.

Pero lo cierto es que, aunque algunos estuvieran fuera de su sitio, la afición celeste sí ganó la partida también en Río. De nuevo la asistencia no estuvo a la altura de lo que una cita de Europa League -la primera de una eliminatoria en diez años, quizá la última en un tiempo por determinar-, pero los que acudieron al municipal vigués sí que dieron la talla. Se les oyó durante prácticamente todo el partido, y más si cabe en los momentos críticos -tras encajar el gol y fallar las ocasiones más claras del encuentro-.

Con el pitido final, el motivo de celebración correspondió a los naranjas. Pero los celestes también quisieron agradecer el esfuerzo a sus jugadores con una sonora ovación. En una semana se conocerá el desenlace.