Una noche para espantar fantasmas

GRADA DE RÍO

Oscar Vazquez

Berizzo volvió a jugar con el once en un partido en el que apareció Sisto y el gol llegó desde la zaga

22 sep 2016 . Actualizado a las 15:37 h.

No fue una victoria brillante, pero quizás ayer lo importante no era el fútbol, sino el resultado. El Celta necesitaba ganar sí o sí para tomar aire en la clasificación y sobre todo para espantar los fantasmas que ya comenzaban a acosarle. Y eso fue lo que hicieron los hombres de Berizzo frente al Sporting sumaron de a tres y tuvieron algunas buenas noticias con el despertar de Pione Sisto y el reencuentro con el gol. Dos barreras derribadas. 

El rompecabezas

A vueltas con la pizarra. Disponer de un fondo de armario más amplio no ha impedido que el Toto tenga que ponerse creativo para confeccionar el once recolocando fichas y moviendo la pizarra. Ante la baja de Planas y el necesario descanso de Jonny, el técnico decidió confiar el lateral izquierdo a un Roncaglia al que ese costado no le es familiar. En su etapa en el fútbol argentino y en la selección se había buscado minutos como defensor por la derecha, pero ayer la línea de cal le quedaba al lado de la zurda, con las consecuentes dificultades para centrar, algo fundamental en un fútbol como el celeste. Pero por si jugar en un costado que le es extraño era poco reto, al argentino le tocó Sisto como pareja de baile en la banda en el primer tiempo, quedando patente que todavía no han interiorizado los mecanismos. Un problema que el Toto enmendó en el descanso. 

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El protagonista

Pione, a dos bandas. Ver a Sisto sobre el terreno de juego fue más una sorpresa por su posición inicial que por su inclusión en el once. Al fin y al cabo fue el fichaje más caro del verano, y de él se espera un buen rendimiento. El danés, que hasta el momento había probado fortuna por la derecha, se situó en el primer acto en el costado zurdo, su zona natural, obligando a Théo Bongonda a atacar desde el lado opuesto. Y aunque se le vio más cómodo que en oportunidades anteriores, el jugador brillante, explosivo y resolutivo que se esperaba, no apareció. A ese extremo se pareció mucho más el Sisto de la segunda mitad a pesar de que Berizzo le trasladó a la diestra de nuevo. ¿Por qué? Posiblemente porque su escudero en la banda era Hugo Mallo. El de Marín está a un nivel soberbio y con su fútbol, su seguridad, sus movimientos y su buena colocación en el campo hizo mejorar a un Sisto al que quizás la presión le estaba jugando una mala pasada. La mejor muestra del rendimiento de la banda fue el gol. El danés centró y el capitán céltico remató.

El gol

Desde tercera línea. El gol acostumbra a curar todos los males en el fútbol, y el Celta lo necesitaba con urgencia. Solo Orellana había mojado en Liga esta temporada, y la sequía estaba pasando una factura importante. Por eso que ayer los goles llegaran fue una bendición. Tras el encuentro de ayer todas las líneas del Celta ya han marcado. Iago Aspas lo hizo de penalti, Orellana, en su papel de centrocampista, lo había hecho en el Bernabéu, y ayer Mallo aportó desde la defensa. Bien es cierto que el 2-1 tampoco oculta los problemas que el equipo del Toto está teniendo para generar ocasiones claras. Al equipo le falta llegar con claridad al área y cuando lo consigue peca de timidez. Las arrancadas por velocidad de Bongonda no están teniendo resolución, las defensas rivales se afanan en maniatar a Aspas, y los centros laterales no están teniendo rematadores. Tareas pendientes que el Celta intentará enmendar desde el triunfo.