Un desconocido en Lieja

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

ERIC VIDAL | Reuters

El Celta, con un once revolucionario, una defensa negada y un fútbol sin intensidad, salvó un punto

16 sep 2016 . Actualizado a las 13:48 h.

El punto con el que se marchó el Celta de Lieja fue la mejor noticia del partido. Tras una década de espera, los hombres de Eduardo Berizzo no fueron capaces de mostrar en el continente la magia y el fútbol intenso que el año pasado les llevó a sacar el billete europeo. Porque aunque en los últimos instantes el Celta se pareció al Celta, durante la mayor parte del encuentro los vigueses fueron un equipo desconocido. Sin presión, sin organización y con más dudas que certezas.

Revolución

Un once inédito

El primer once del Celta en Europa tras una década de ausencia fue una auténtica sorpresa. Berizzo se lio la manta a la cabeza e introdujo cinco cambios respecto al partido contra el Atlético. Pero más allá de ser un once rompedor por la cantidad, lo fue por los protagonistas. Lemos, Costas y Naranjo, que hace unos meses estaban pegándole al balón en Segunda, se plantaron en un once al que regresó Pione Sisto y en el que Rossi fue titular por vez primera. Mientras, en el banquillo estaban Aspas, Wass o Bongonda, a los que el Toto recurrió en el tramo final.

El planteamiento

Regreso a la zaga de cinco

A pesar de que Berizzo sabe -por historial- que al Celta no le sienta bien la defensa de cinco, esa fue la línea que eligió para debutar en Bélgica. Sergi, Cabral y Costas como centrales, Jonny viajando a la izquierda y Lemos a la derecha, ambos como carrileros, integraron una zaga que no fue capaz de transmitir seguridad, la primera obligación de la defensa. Radoja y Tucu formaron un centro del campo que tampoco hizo valer su poderío ante un Lieja mucho más intenso y combativo, mientras que Naranjo se apostó por la izquierda, Pione Sisto por la derecha y Rossi ejerció como delantero, a pesar de que el discurso del Celta siempre ha sido que llegaba para ocupar la posición de mediapunta.

La defensa

Un desastre sin paliativos

Asegura el dicho que «a menos bulto, más claridad», pero el Celta no se agarró a él ante el Standard. Berizzo organizó una línea defensiva que hizo aguas desde el primer momento dejando auténticos agujeros negros en su área por los que el Lieja entraba de manera repetida. Como si jugasen juntos por primera vez, los centrales no se entendían, y a ello se unieron los errores de bulto que dieron alas a los belgas. Dos pésimos pases de David Costas se tradujeron en un gol encajado y otro que erraron por milímetros, imprecisiones, dificultad para sacar el balón, fallos en las ayudas... Un repertorio esperpéntico para un equipo que en tan solo un verano parece haberse olvidado de su fútbol.

Sala de máquinas

Sin centro del campo

El Lieja sacó los colores a los celestes en defensa, pero también a la hora de la creación. A pesar de que la presión de los belgas no era asfixiante, los errores no forzados y los pases imposibles se aliaron con el Standard. Ni Radoja ni Hernández conseguían asumir el mando en el centro del campo, y solo Jonny y un Lemos, que subía casi más metros que Sisto, lograban conducir la pelota en el primer tiempo.

La presión

Ni rastro de intensidad

Aunque el Celta acabó el partido pareciéndose un poco más a lo que es, la mayor parte del duelo fue una sombra de su propio fútbol. Como si los futbolistas jugasen juntos por vez primera. Los movimientos mecanizados, las jugadas interiorizadas, las conexiones... todo naufragaba en un Celta que en vez de ir a morder al rival con su presión y su intensidad, permitió que fuese el Lieja el que le acosase y marcase los tiempos. Aunque la posesión fue favorable a los vigueses, (51,2 %), no supieron aprovecharla.

La mejor noticia

Rossi ya marca como céltico

Un tanto de Rossi a medias con el portero permitió al Celta recuperar un punto ante un rival que, sin hacer nada, mostró más que los célticos. La mejor noticia para los del Toto fue el empate y que el italiano ya marca.