Aspas y Gameiro, reencuentro en vestuarios rivales

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Los dos delanteros, compañeros en el Sevilla, se enfrentan el sábado

08 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dice Iago Aspas que el Atlético de Madrid que se espera es un equipo «rocoso, que no da un balón por perdido, que espera atrás y que ahora, con la incorporación de Gameiro, ha fichado más dinamita arriba. Es un jugador que va muy bien al espacio». Y cuando el moañés habla, lo hace con conocimiento de causa. Coincidió con el francés en Sevilla y allí pudo comprobar cuáles eran las cualidades del hoy colchonero.

Cuando Aspas llegó a Sevilla procedente del Liverpool, buscaba reencontrarse con las oportunidades. Volver a sentirse importante. Pero hacerse un hueco en un equipo lleno de calidad en los últimos metros no resultaba fácil. Unai Emery, con el que el moañés nunca tuvo demasiado feeling futbolístico, disponía de un banquillo de lujo. Bacca, Vitolo, Gameiro, Iborra, Reyes, Deulofeu, el propio Aspas... Muchos gallos entre los que repartir minutos y galones. 

El hoy milanista Bacca fue el mejor parado de aquel Sevilla campeón de UEFA. Se hinchó a marcar, dejó la cuenta en 28 goles y su papel resultó indiscutible. Más humildes fueron los números con los que Gameiro y Aspas compitieron por hacerse con la confianza de Emery, aunque bien es cierto que en alguna ocasión el técnico vasco optó por simultanear a los dos delanteros sobre el terreno de juego.

Al final de aquella temporada, los números hablaban de un Gameiro que le había ganado la partida a Iago Aspas, a pesar de que el perfil del de Moaña ofrecía más variantes que el del hoy delantero del Atlético de Madrid. El celeste había disputado 25 encuentros entre Liga (16), Copa (5) y Europa League (3) frente a los 44 del hoy discípulo de Simeone. Aunque se perdió el arranque del curso por lesión, Gameiro acabó el año deportivo con 26 contiendas disputadas en Liga, 12 de la Europa League y 6 de la Copa del Rey. 

El cajón de los goles

En aquella temporada exitosa como sevillistas, Aspas y Gameiro habían aportado a las cuentas del club 27 goles. Una decena llevaban la firma del céltico y el resto, del francés. Pero desde entonces la realidad de ambos ha cambiado.

Aspas regresó a Vigo y volvió a sonreír. Asumió a la primera que con Berizzo había que defender y atacar y, vestido de nuevo de celeste, su rendimiento creció. Acabó el curso con 18 goles y con la ovación de un público feliz de su regreso.

Gameiro todavía se quedó a las órdenes de Emery un curso más y, sin Bacca de por medio, disparó su rendimiento. Casi duplicó sus minutos, acabó el curso con 29 goles y consiguió que se le acumularan los pretendientes el pasado verano. Al final, se decantó por fichar por un Atlético de Madrid en el que ha sido titular los dos partidos, firmando el único tanto hasta la fecha de los de Simeone.

El sábado, Gameiro y Aspas, que en su momento compartieron vestuario y objetivos, al tiempo que se disputaban un puesto, se verán las caras sobre Balaídos. Ninguno de los dos vestirá ya la camiseta roja. Ahora ambos se mueven al ritmo que marcan Celta y Atlético de Madrid.