Una redención sin réditos

M. V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

benito ordoñez

El Celta ofreció una gran imagen y pasó página tras el Leganés, pero de nuevo se quedó sin puntuar

28 ago 2016 . Actualizado a las 17:16 h.

Tras el debut gris del lunes, el Bernabéu no parecía el mejor escenario para pasar página y enmendar lo que el propio Berizzo calificó como un partido redondo en lo negativo. Pero sí lo fue a medias. No en cuanto al resultado, y el equipo se planta en la tercera jornada sin puntuar; sin embargo, también con la sensación de que fue capaz de firmar un buen choque en el que mereció más. A diferencia con la primera jornada, el Celta volvió a ser un equipo, tal y como reclamaba su técnico. Poco que ver con lo visto cinco días antes. 

El once

Guidetti y Radoja, las grandes novedades. Berizzo apostó por la defensa esperada, con la novedad de Cabral en detrimento de Sergi Gómez una vez cumplida la sanción disciplinaria. Radoja reapareció tras su lesión para acompañar a Wass y a Pablo Hernández, mientras Orellana se colocó en banda derecha, con Bongonda por la izquierda. La decisión más inesperada del Toto fue quizás la titularidad de Guidetti como nueve después de que Aspas arrastrara durante la semana un golpe en la cadera. Pione Sisto partió esta vez desde el banquillo y los otros dos fichajes aparte de Roncaglia se quedaron fuera de la convocatoria.

Planteamiento

Un Celta reconocible. La mejor noticia que se podía esperar del partido de ayer, resultado al margen, era un Celta fiel a sí mismo y a la idea de fútbol de Berizzo. El que no se había visto contra el Leganés reapareció sobre el césped del Bernabéu. El equipo, con sus aciertos y no exento de errores que costaron caros, recuperó sus principales señas de identidad para ir a por el partido como Berizzo había prometido, aunque luego no tuviera el reflejo deseado en el marcador. Se atrevió a proponer y a intentar hacer su fútbol y lo consiguió. Ordenado en defensa, tuvo iniciativa y le complió el partiod a un Madrid al que por momentos desesperó y obligó a encerrarse en su campo. 

Defensa

Seguridad salvo errores que se pagaron caros. El regreso de Cabral dio seguridad a una zaga celeste que le había echado de menos frente al Leganés donde Roncaglia fue ganando con el paso de los minutos. Los laterales también se mostraron seguros y aportaron en ataque siempre que pudieron. Algunos despistes puntuales pudieorn haber desembocado en algún susto más, con un Sergio intermitente que cometió más errores con los pies de los deseados.

Centro del campo

Un gran despliegue físico. La plantilla que maneja el Toto le obligará este curso a elegir entre futbolistas llamados a tener un papel importante. Pero la ausencia de Marcelo aclaró las cosas. Con Orellana en banda, el centro del campo fue para Radoja, Wass y Pablo Hernández, que realizaron un gran despliegue físico y firmaron un actuación clave en el desarrollo del partido. El serbio no notó la inactividad, mientras que el Tucu, fundamental en el distribución, se mostró como uno de los futbolistas más en forma del equipo. 

Ataque

El último pase como gran asignatura pendiente. Al equipo vigués le costó encontrar la portería rival. Theo Bongonda desbordaba una y otra vez a la defensa madridista, pero raramente lograba encontrar a un Guidetti, al que le costó crear peligro. Los vigueses lo hacían todo bien hasta llegar a los últimos metros, donde se atascaban como en pretemporada.

Gol

Reacción cuando más cuesta arriba se puso el partido. Por unos instantes la sombra del 7-1 del curso pasado en el mismo escenario sobrevoló al Celta. El equipo no reaccionó bien al gol y pareció que la historia iba a repetirse. Sin embargo, Orellana encontró el gol y llevó al equipo a sobreponerse. El empate no fue una utopía, sin que el equipo lo buscó hasta el último suspiro y tuvo ocasiones para lograrlo