El Celta se queda sin rival en Pisa al encerrar los tifosi a su plantel

x. r. c., m. v. f. LA VOZ / VIGO

GRADA DE RÍO

TWITTER @GiusLau

Los radicales rodearon el hotel de concentración y provocaron la suspensión

04 ago 2016 . Actualizado a las 16:58 h.

La tensión que se ha vivido en el seno del Pisa en los últimos días ha desembocado en la suspensión del partido previsto para esta noche entre los italianos y el Celta. La afición local llevaba horas en la puerta del hotel de concentración de su equipo sin permitirle salir hacia el estadio, donde sí accedieron los célticos, que permanecieron a la espera de noticias hasta la confirmación de la cancelación.

El campo no llegó a ser abierto a los aficionados, que generaron un ambiente de tensión que enseguida hizo planear la sombra de la suspensión. El desencadenante de la situación es la reciente dimisión de Gatusso como técnico, justo después de un cambio de directiva que la hinchada pisana rechaza. Alrededor de medio millar de tifosi se han dado cita, convocados por un grupo de ultras del conjunto.

El propio Celta ha confirmado que no habrá partido por motivos de seguridad y que, en su lugar, el equipo ha realizado un entrenamiento en el Arena Garibaldi-Romeo Anconetani, estadio donde estaba previsto disputar el amistoso.

Minutos después, también el Pisa ha anunciado y explicado los motivos de que el choque no se celebre. «El equipo no ha sido capaz de llegar al estadio debido a una masa de aficionados que impedían al autobús moverse del hotel. Con el fin de evitar más tensiones, la policía recomendó al equipo volver al hotel», expresaron.

La amenaza de suspensión comenzó a planear sobre el ambiente a media tarde. Cuando se tuvo conocimiento de que medio millar de aficionados radicales rodeaban el hotel AC Pisa en donde descansaba su equipo. Lo hacían encendiendo bengalas y con cánticos que evidenciaban el clima de confrontación después de la dimisión de Gattuso y cambios en el organigrama directivo del club.

Ajeno a esta situación, el Celta abandonó su hotel de concentración camino del estadio para llegar con hora y media de antelació. Para entonces había otro medio millar de aficionados del cuadro local y algún céltico a las puertas del recinto, que en todo momento permaneció cerrado. Sí tuvo acceso a las dependencias del estadio el autobús del cuadro vigués. La plantilla se cambió y se dirigió al césped para hacer el calentamiento.

En un primer momento, y en vista de que el Pisa no llegaba al estadio, se barruntó la opción de comenzar con retraso. Sin embargo, minutos antes de las nueve, y dada la situación generada, el partido quedó suspendido. Entonces Berizzo reunió a todo su plantel, en estos momentos 28 jugadores desplazados a Italia, para anunciarles que en vez de un partido amistoso realizarían un entrenamiento en el mismo estadio, sesión que acabó con un partidillo a campo completo para intentar mitigar los efectos de la suspensión.

«Sin Gattuso no hay partido», avisaron los ultras

El clima de tensión que desembocó en la suspensión del partido entre Celta y Pisa venía de atrás. Los aficionados cumplieron su amenaza de que no se jugara sin Gattuso en el banquillo, pero pese a que habían advertido de que sería así, hasta el último momento se pensaba que se llegaría a una solución y que sí habría choque.

El Pisa viene arrastrando un problema societario grave que en los últimos días se ha recrudecido, según explican desde el diario italiano La Nazione. La gota que colmó el vaso fue la dimisión de Gattuso, que no se identificaba con la nueva directiva y se negó a continuar si esta lo hacía. La afición se puso de inmediato del lado del entrenador hasta el punto de afirmar que «sin Gattuso no hay partido».

En las horas previas, el sector más radical de la afición, los llamados ultras de la Curva Nord, habían emitido un comunicado denunciando «el casos interno y completo abandono» al que consideraban que estaba siendo sometido su club. Se mostraban en desacuerdo con la posibilidad de rescindir a algunos jugadores que la nueva presidencia había puesto sobre la mesa y exigían «un proyecto serio, que diera continuidad al iniciado la pasada campaña, con una plantilla y un cuerpo técnico rodados» que debía encabezar Gattuso.

Según fuentes de Pisa Today, los jugadores apoyaban también al técnico, como hicieron público a su vez mediante otro comunicado. Aunque no lo expresaron públicamente, se entiende que también los futbolistas preferían que no se celebrara el partido, al compartir la postura expresada por su hinchada.

La ciudad se había volcado en los últimos días para echar al actual presidente y volver a la situación anterior. Gattuso había reiterado que en ningún caso seguiría en el Pisa si lo hacía la directiva actual, de modo que los intentos de esta por convencerle de que regresara habían sido infructuosos.

Hasta el último momento, según los medios locales, se pensó que se alcanzaría una solución. Reconocían ayer que lo ocurrido fue una sorpresa, aunque subrayando que «no existen problemas de orden público, sino que son manifestaciones pacíficas». El club, sin embargo, alegó riesgo de seguridad para suspender la cita amistosa.