Un bloque por encima de todo

X.R.C. VIGO

GRADA DE RÍO

Hattrick-Alejandro Moreira

La idea de equipo pervivió en el colectivo de Berizzo, que se adaptó al partido con un juego reconocible

22 jul 2016 . Actualizado a las 14:05 h.

Un golazo de Iago Aspas de falta directa, la corrección defensiva, balón parado incluido, destellos de algunos jugadores y sobre todo la sensación de un equipo hecho por encima de las individualidades. Son las principales conclusiones que deja para el Celta el primer derbi disputado en el continente americano. Lo negativo, la salida en camilla de Drazic después de recibir una entrada de Fernando Navarro.

El Celta ejerció por encima de todo de bloque. Berizzo acaba de iniciar su tercer curso y aunque en el último año haya perdido a sus tres jugadores clave (Krohn-Dehli, Augusto y Nolito), la idea pervive. Por eso, y aunque buena parte de la primera unidad se quedase en Vigo (y dos de vacaciones) los celestes tiraron de presión alta y de intento de control de partido a través del balón.

También demostró el cuadro vigués instinto de supervivencia. Bajo el equilibrio de Daniel Wass, que fue quien más entró en contacto con el balón a lo largo del primer tiempo, apenas pasaron apuros cuando el Deportivo de Garitano intentó hacerse con el control de partido. Wass demostró lectura táctica y calidad para ganar metros con el balón controlado. Hizo pareja con un Radoja más pendiente de tapar espacios que de construir.

Durante ese acto inicial el Celta se afanó en defensa y dejó a un lado su idea del ataque total. El poco juego ofensivo llegó en dos contras.

En el segundo tiempo, con el partido más abierto por el cansancio, el Celta recuperó su tradicional punto de ambición y tuvo la querencia habitual por el juego combinativo. Sin embargo, el primer derbi en Sudamérica pasará a la historia por el tanto de Iago Aspas, el primero que marca en un derbi sénior (en este caso amistoso). Con un falta magistralmente colocada a la izquierda de Tyton.

La recta final sirvió para ver las ganas de José Naranjo, que se atrevió con un taconazo y fue capaz de encarar a su par nada más entrar en el campo, y para confirmar que el Celta también puede sobrevivir al balón parado a base de concentración. Por ahí buscó el Deportivo su momento y solo encontró una contra que enterró el partido.

Lo negativo, la salida de Drazic en camilla después de recibir una entrada. Instantes después de que Bongonda fuese relevado, lo que obligó a Berizzo a rearmar el once. Pero en todas las circunstancias imperó la idea, el camino que guiará por Europa a los vigueses.