Una pretemporada de 29.000 kilómetros

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vazquez

La gira de Uruguay del Celta, el «stage» en Italia y la visita a Alemania, son casi una vuelta al mundo

15 jul 2016 . Actualizado a las 11:52 h.

En pocos años el Celta ha pasado de tener en Melgaço su centro de operaciones en la pretemporada a meterse entre pecho y espalda cerca de 30.000 kilómetros en desplazamientos. Porque esta es la distancia aproximada que durante el próximo mes recorrerán los célticos para acudir a sus compromisos de preparación. Serán alrededor de 29.000 kilómetros, o lo que es lo mismo, casi las tres cuartas partes de los 40.000 kilómetros de distancia que forman la vuelta al mundo siguiendo la línea del ecuador.

La gira uruguaya que el equipo de Eduardo Berizzo iniciará el próximo lunes se lleva la porción más grande de kilómetros que esperan al equipo. En principio, el grupo viajará de Vigo a Madrid y desde allí pondrá rumbo a Montevideo, regresando a España desde Buenos Aires. Esta combinación supondrá entre ida y vuelta que el equipo se meterá una paliza de más de 21.000 kilómetros encima en una semana. Además, a las horas de avión hay que sumarles el jet lag, los dos partidos que disputarán y el trastorno de cruzar el océano para verse las caras con el Deportivo. Porque, por mucho amistoso que sea, un derbi no deja de ser un derbi ni a 10.000 kilómetros de distancia. 

El lunes el conjunto celeste, todavía con la resaca del viaje trasatlántico, regresará a A Madroa para entrenar, y el miércoles se dará el que será el paseo más corto de la temporada -más allá de la visita a Barreiro de este sábado- para jugar un amistoso. Regresará a Melgaço, para enfrentarse al Valladolid de Paco Herrera sumando a su cuentakilómetros particular otro centenar entre ida y vuelta.

Italia ha sido el lugar elegido este año para el stage céltico, y desplazarse hasta Florencia y desde allí a Pisa y Pescara, donde jugarán amistosos, incrementará la particular cuenta céltica en alrededor de otros 4.000 kilómetros. El último amistoso en tierras italianas será el día seis, y luego el equipo regresará a A Madroa para trabajar en casa, pero con las maletas preparadas de nuevo, ya que el día 14 deberán presentarse en el campo del Eintracht para disputar el último amistoso del curso. La visita a territorio germano añadirá como mínimo otros 3.000 kilómetros a la expedición celeste, que en un mes habrá recorrido la distancia equivalente a tres cuartos de la vuelta al mundo. 

«Es increíble; hay muchos compañeros que no han ido a Sudamérica y que será una oportunidad para ellos. Les digo que disfruten, vamos a disputar partidos bonitos que serán especiales para la gente que emigró en su día, y el derbi siempre es emocionante. Yo estoy acostumbrado a viajes tan largos y ya les digo a los compañeros que a Sudamérica viajamos de noche y no nos vamos a enterar», razona Gustavo Cabral cuando se le pregunta por lo que se les viene encima. 

Cambio de tercio

La pretemporada en la que está inmerso el tercer proyecto del Celta con Berizzo al frente poco tiene que ver con la que vivía el club de la mano de Paco Herrera en el 2012, con el regreso a Primera. Ese verano, al igual que durante los años de Segunda, Portugal había sido el destino estival del equipo. Quaiaios había sido el lugar elegido para empezar la puesta a punto del grupo, y un año después, con la llegada de Luis Enrique, el Centro de Estágios de Melgaço se convirtió en el centro de operaciones de los célticos, que en pretemporada se midieron a equipos como el Marítimo de Funchal, el Porto o el Southampton.

Con la llegada del Toto a Vigo y con el paso adelante del club en Primera División, también cambió el tono de las pretemporadas. El primer año Marbella fue el destino del stage, el equipo disputó un amistoso en Argelia contra el Constantinois, y la primera semana de agosto viajó al Reino Unido para disputar varios amistosos. El año pasado fueron Alemania y Austria el destino estival de los célticos, que este año tendrán a Europa y Sudamérica como escenarios de pretemporada. Una buena preparación para un año en el que el Celta ampliará sus fronteras.