El Lugo anunció hace aproximadamente un año el fichaje de Álvaro Lemos. Lo incorporó con la idea de que se entrenase con el primer equipo, aunque formalizó su ficha con el Polvorín, en Primera Autonómica. Después se produjeron continuos avances por parte del futbolista. Firmó un contrato profesional mediada la temporada. Luis Milla, que no contó demasiado con él, alabó sus virtudes con asiduidad. Y, en el tramo final del campeonato, halló un filón de continuidad como lateral derecho. Había llegado con la vitola de extremo. Readaptado a posiciones defensivas, se convirtió en casi intocable con los del Ángel Carro.
Durante sus carreras por los campos de Segunda División, Lemos demostró poseer voluntad, velocidad y potencia. No obstante, también evidenció lagunas en la parcela defensiva. Cometió errores que podrían achacarse al peaje de adaptarse a un puesto desconocido. No obstante, se comportó dignamente.
También se habló del posible interés del Espanyol en su fichaje. Pero la preferencia de los barceloneses para el puesto de lateral derecho era Ander Capa.
El Celta tomó el relevo y, finalmente, se hizo con los servicios de un futbolista cuyo valor fue tasado por el Lugo en un millón de euros. Falta saber si la ascensión de Lemos ha sido demasiado vertiginosa. En Vigo será sometido a la prueba de adaptación más exigente.