Fútbol y oficio a partes iguales

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

MIGUEL RIOPA | AFP

El Celta jugó con inteligencia un partido en el que destacó la calidad de Orellana y Nolito

11 abr 2016 . Actualizado a las 11:56 h.

El camino hacia Europa, ya sea la grande o la pequeña, como dice Berizzo, se pavimenta con fútbol, esfuerzo, ilusión y oficio. Y de todo ello hizo gala el Celta en un partido que jugó con seriedad e inteligencia. Los hombres del Toto no se dejaron llevar por las prisas, pero tampoco cayeron en la excesiva horizontalidad que les jugó una mala pasada ante el Deportivo. Plantearon la contienda de la manera precisa para conquistar un triunfo que le abre las puertas de Europa.

Para contrarrestar las ganas y la necesidad del Sporting de Gijón, Berizzo se sacó de la chistera un once con novedades. Sentó a Sergio para dar entrada a un Rubén Blanco que, aunque dejó su portería a cero, necesita acumular partidos, y apostó por Carles Planas para la banda zurda, reservando a Hugo Mallo. Aunque Hernández apuntaba a titular, fueron Radoja y Daniel Wass los que articularon un centro del campo de más contención que nunca para equilibrar el chorro ofensivo que proponía con los cuatro de arriba, Orellana, Nolito, Aspas y Guidetti. Toda la artillería.

A sabiendas de que el Sporting necesitaba desesperadamente la victoria y que explota especialmente su juego por bandas, el Toto decidió tomar precauciones defensivas encomendando a Radoja ser un tercer central cuando el juego lo requería. Eso obligó a Wass a sujetar su posición mucho más de lo que de costumbre en el danés, que participó mucho menos de lo habitual en el ataque celeste.

Un ataque que sostuvo sobre todo un Fabián Orellana excelso. Al menos, hasta que los sucesivos encontronazos con los jugadores gijoneses, y especialmente Cuéllar, le sacaron un poco de sus casillas y del partido. En todo caso, suyo fue el mérito de abrir vías en la defensa pétrea propuesta por el Pitu Abelardo.

Aunque en los primeros compases el chileno parecía querer comerse la banda diestra, dejando a Aspas de enganche, pronto permutaron posiciones, quedando Fabián como el todocampista ofensivo que tan buenos resultados está dando al Toto. Encontró líneas de pase para Nolito, abrió huecos para Aspas o Guidetti y descolocó de forma reiterada a un Sporting al que solo la falta de acierto visitante salvó en la primera mitad.

Porque, como ya sucediera ante el Deportivo, salvo en el arranque del segundo tiempo, el Celta siempre fue el equipo que llevó la iniciativa, convirtiendo el campo del Sporting en su propia finca de recreo, pero sin machacar. Esa presencia celeste cerca de los dominios de Cuéllar, no tuvo su equivalente ni en ocasiones ni en disparos, ya que por momentos el equipo pecaba de timorato a la hora de buscar la portería. De los 17 tiros con los que acabó el equipo céltico, solo cinco fueron a portería, y otros cinco bloqueados por el meta.

Nolito al rescate

El repertorio del Celta en el Molinón dejó bellas combinaciones entre los hombres de ataque, notables pases de un Carles Planas que parece ir mejor arriba que en defensa, y acciones individuales que dejaron ver la calidad que se guarda en el vestuario del Celta. Los dos recortes en el área que Orellana hizo a dos defensas rivales fueron un ejemplo. Lo mismo que el gol. Porque al final, fue Nolito, tras una acción en la que participaron Wass y Fabián, el que decidió el partido con su calidad y su sangre fría, ya que al equipo le está faltando más finalización y chispa en los últimos metros.

El segundo gol se le negó a un Celta en cuya defensa brilló con luz propia Cabral, que sacó agua cada vez que había un desajuste y que Rubén, inseguro y tardón, se veía en apuros.

Al final, el trabajo colectivo, la seriedad y el saber manejar los tiempos, fueron las que condujeron a un triunfo de más de tres puntos a un equipo que va camino de escribir una nueva página con Europa de fondo.