Dominio estéril del Celta

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

MIGUEL RIOPA | AFP

Dominó el segundo tiempo en el que se le atascó el juego cuando se acercó al área contraria

03 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los derbis son otra historia. Cuenta el fútbol, cuenta el estado de forma, pero también cuenta el nerviosismo. Y ese fue el primer obstáculo, amén del rival, que se encontró el Celta en la visita del Deportivo. Los vigueses cargaron sus espaldas con una responsabilidad excesiva -Europa, el eterno rival y la derrota del encuentro de ida- y tardaron en llevar su juego a Balaídos. Para cuando lo hicieron, sacaron todo el arsenal ofensivo, pero ayer la pólvora estaba mojada.

Los del Toto trataron de asumir el control de la pelota y marcar los tiempos en el inicio, pero no se encontraban cómodos frente a un Deportivo perfectamente adaptado a su papel de visitante y que supo sacar rendimiento de la incomodidad celeste. Como ejemplo, Jonny y Wass tuvieron que convivir con sendas amarillas desde el primer cuarto de hora.

Encajar un gol a los veinte minutos no suele ser la mejor medicina para curar los problemas. Sin embargo, al Celta le sentó bien. ¿Por qué? Porque le obligó a ser el Celta. Los del Toto se soltaron las ataduras, decidieron sacar el fútbol ofensivo que les está encaminando a Europa y confiaron en que la calidad de sus jugadores de ataque hiciera el resto. Y eso sucedió a fogonazos. Tras el error de Cabral que casi cuesta el segundo, llegó una acertada combinación entre Théo, Orellana y Nolito que desembocó en el majestuoso gol del empate.

Mucho ataque, poco gol

El Celta engrasó algo más la máquina en el segundo tiempo, pero no acabó de generar peligro de gol ante un Dépor siempre equilibrado. Eso sí, Cabral se centró y tiró de una defensa sin lagunas que tenía en Radoja a su perfecto escudero. Si bien el equipo podía echar en falta la presencia del Tucu para sacar el balón, lo cierto es que a la hora de cortar y controlar, el serbio demostró que puede ser titular. Wass ató las revoluciones y fue el todocampista que el Celta necesitaba, y la línea ofensiva, esa para la que vive todo el fútbol totista, dio la impresión de carburar. Claro que las sensaciones no se tradujeron en hechos.

El ataque total soñado del Toto sobrevoló Balaídos, pero no fue capaz de trasladar el dominio al marcador. La sinfonía ofensiva que postula el entrenador, con Nolito en la izquierda, Orellana en el enganche, Aspas en la derecha -cuando Guidetti hizo acto de presencia- e incluso Jonny como acompañante, se quedó afónica en los últimos metros. La superioridad y las aproximaciones no encontraron los acordes adecuados.

Las claves

¿Por qué apostó Berizzo por Bongonda?

El Toto quiso aprovechar la velocidad endiablada del belga, para enloquecer por la derecha del ataque -a pesar de no ser su banda- y para que Iago Aspas pudiese actuar en su posición natural arrastrando a los centrales del Deportivo. Théo demostró estar en plena forma.

¿Hasta qué punto condicionaron las tarjetas amarillas?

Jonny y Daniel Wass se encontraron en el minuto 17 con sendas tarjetas amarillas. Eso supuso un obstáculo para los célticos, ya que Jonny se tenía que ver las caras directamente con xx y Wass, en el medio campo, es uno de los célticos que más interviene en tareas de contención.

¿Hasta dónde llega la incidencia de Orellana y Nolito?

Lo demostraron de nuevo. Tras estar durante casi toda la primera mitad sin generar peligro claro, sacaron a pasear su calidad en el gol del empate. Orellana vio al gaditano, le dio un pase perfecto y el internacional con la selección española ejecutó el tiro a la perfección. Marca de la casa.

¿Por qué los laterales estuvieron más estáticos?

Hugo Mallo y Jonny, los laterales celestes, acostumbran a tener una gran incidencia en el ataque de su equipo. Sin embargo, ayer se mostraron más estáticos y conservadores para evitar que el Deportivo aprovechase el descubierto y machacase por las bandas.

¿Supo aprovechar el Celta la superioridad numérica?

El Celta no supo aprovechar su superioridad numérica ni el hecho de que el Deportivo tuviese que echar mano de su portero suplente. Los locales tuvieron el dominio absoluto pero no fueron capaces de desbordar la defensa sólida y solidaria que planteó el conjunto rival.