Marcelo Díaz ya luce galones

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vazquez

El chileno apunta a su primer partido como titular ante el Sevilla

11 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevar el balón al borde del área y percutir en la finalización. Ese es el plan de partido del Celta para soñar con la machada, y Marcelo Díaz forma parte de ese plan. Porque el chileno, en su segunda participación de celeste, ya demostró jerarquía y nivel de juego para ayudar en situaciones embarazosas. El domingo, en la segunda entrega de la misma trilogía, su entrada fue clave para rescatar un punto. De hecho, suya fue la apertura a Wass para que el balón terminase en la red tras el remate de Beauvue.

Marcelo llegó a Vigo para suplir a Augusto, pero nadie mejor que el Toto para saber que se tratan de jugadores distintos. En teoría el chileno tiene un plus de calidad técnica como ha demostrado en Basilea y Hamburgo, los últimos sitios en donde ha jugado en Europa, mientras que en la comparación física pierde con el argentino, que se fue readaptando a la posición hasta convertirse en un pivote defensivo con mayúsculas.

La clarividencia de juego de Marcelo le convierte en parte fundamental para el intento de remontada. Suya será la salida de balón de esta noche buscando pases de seguridad y llevar el balón a las bandas para que el Celta tire de la velocidad de Bongonda en el lado izquierdo y de la habilidad de Iago Aspas en el derecho. El internacional chileno tendrá que superar a un centro del campo muy físico como el del Sevilla -seguramente con Iborra al frente de las operaciones-, con las responsabilidad de evitar las pérdidas, porque cualquier robo de balón será aprovechado por los hispalenses a la contra. Especialmente si Gameiro forma parte del plan de Emery.

En los dos ratos que ha jugado hasta el momento Marcelo Díaz ha demostrado sobre todo inteligencia. Apenas ha fallado en una sola entrega de balón y casi siempre ha tomado la mejor de las soluciones. El jueves pasado en Sevilla no erró ni un solo pase en los pocos minutos que jugó y el domingo, en media hora, tuvo un acierto en el pase del 98 %, dirigiendo al equipo durante el tiempo que estuvo en la cancha.

Berizzo ya lo ve para jugar, aunque no todo el duelo: «Podría jugar de cara, pero no todo el partido, si podría iniciarlo».

Al margen de su catálogo futbolístico, la mejor noticia es que la lesión con la que llegó desde el Hamburgo parece haber quedado atrás y ahora lo que necesita son partidos para adquirir el ritmo de competición.

En su caso no se puede hablar de período de adaptación, porque el juego del Celta le resulta de lo más familiar. Con ese dibujo y esa filosofía ha jugado en Chile, tanto en la selección como en la Universidad de Chile en su última etapa. El Celta y la Liga son un nuevo desafío para el hombre que salvó al Hamburgo.